Nota: Este post va dedicado a Anna, a quien quiero muchísimo, como respuesta a su último post (podéis leerlo aquí). He decidido responderle de esta forma, porque como siempre, mis comentarios son larguísimos... Pero esta vez, por primera vez, al parecer era taaan extenso que blogger no me dejó publicarlo sin quitar palabras!, y me pareció que valía la pena plasmarlo aquí y compartirlo no sólo con ella, sino con todas vosotras.





Mi niña preciosa:


Es muy cómodo para nosotras vivir así, atrapadas en nuestro pasado, porque así no tenemos que afrontar el presente. Y el presente se nos escapa de las manos, se convierte en pasado a su vez y... ¡vuelta a empezar! La semana que viene, o el mes que viene, o el año que viene, nos arrepentiremos de lo que no aprovechamos de hacer hoy, esta semana, este mes, este año.

Yo intento verlo así: me meto en la cabeza que tengo que hacer cosas, tengo que vivir; y tengo que hacerlo porque si no, mañana, me voy a arrepentir de no haberlo hecho. A veces me sale, a veces no me sale; pero lo importante es que lo voy intentando cada día.

Te voy a poner un ejemplo: Estuve pensando que "debería" buscar trabajo hace al menos tres meses. Pensaba que sería buena idea encontrar algo antes de que la situación en casa fuese a más. Pero pasaban los días, las semanas, y yo no movía un músculo, ni me puse en acción. Sólo pensaba, dándole vueltas a la idea de cómo lo haría y en cómo afectaría a mi vida. Pasé horas, días, semanas, pensando en qué horario tendría que trabajar para compaginarlo con el horario de los niños, cuánto tendría que ganar para que me mereciera la pena hacerlo... Es que por pensar, pensaba hasta cómo me vestiría y sufría porque no tenía nada que ponerme para salir arreglada de casa a diario, es que ni tan siquiera tenía alguna cosa que me valiese para hacer una entrevista. También pensaba que estaba muy vieja ya, que no encontraría nada que valiese la pena. Pensaba, pensaba, pensaba...

Así me estanqué por varios meses; no sé, hablamos de 3 ó 4 meses en los que estuve literalmente paralizada. Yo creía que realmente estaba haciendo algo pensando, analizando; pero la verdad era que no estaba haciendo nada y me escudaba en mil explicaciones y justificaciones que, tristemente, yo misma me creía.

Mientras yo pensaba, la situación económica, como es lógico, no hizo sino empeorar, y el sábado pasado, 31 de octubre, me dió un ataque de ansiedad tremendo. Me ví ese día a las 4 de la tarde en ropa de andar por casa, despeinada, sin bañarme, sin cepillar y con la nevera... vacía. En ese instante sentí la necesidad de decir ¡basta!, voy a ponerme en acción y voy a salir ahí fuera a buscar una solución. Pero al ser sábado por la tarde, muchas opciones no tenía yo de salir a ganarme unas pelillas a no ser que ofreciese servicios sexuales, y ¡¡¡en caso de que alguien estuviese dispuesto a pagar por tener sexo conmigo!!!! (jajajaja, es una broma que refleja mi baja autoestima, eh?).

Qué mal la pasé, Anna. Sentí un nivel de desesperación muy grande. En ese momento me dí cuenta de pronto que había estado metiendo la cabeza debajo de la almohada, para no enfrentar la realidad. En ese momento lloré con rabia al darme cuenta de que podría llevar meses trabajando, aportando una ayuda extra de dinero en casa, y de ninguna manera estaríamos en la situación en la que estamos. Pero ya estábamos jodidos, muy jodidos, y me sentí tan culpable... No supe asumir mi parte de responsabilidad cuando debí hacerlo. No me comprometí.

¿Ves? Fíjate: me arrepentí de no haber hecho nada antes, me arrepentí de haber perdido ese tiempo valioso y me sentí culpable por no haber hecho nada al respecto. Una vez más, como siempre, repitiendo los mismos patrones de conducta. Y dejando mi vida, las soluciones a los problemas y la lucha a los demás (en este caso, a mi pareja). Porque claro, yo es que como no sirvo para nada...

¿Pero sabes qué? Tú y yo tenemos en común algo muy especial; algo que no nos deja caer más bajo y nos hace reaccionar, tarde o temprano, y tomar acción: somos madres. Ya podemos hundirnos en la más absoluta mierda, pero por ellos somos capaces de transformarnos en lo que haga falta. Por ellos somos capaces de todo. Y por ellos es que (en mi caso), estoy segura de que no estoy muerta. Por ellos, y porque mi pareja jamás me ha dejado caer, todo hay que decirlo.

¿Sabes qué pasó? Pues que ese sábado hice lo que no hice en todo esos meses: me hice un currículum (estuve meses "sin saber qué poner", imagínate); me abrí una cuenta en infojobs (también llevaba meses "sin saber cómo hacerlo"), y me inscribí en TODAS las ofertas de trabajo que encontré. En ese momento me dí cuenta de que lo que había tenido todo este tiempo era MIEDO. Miedo a enfrentar el mundo ahí fuera, miedo a fracasar. Miedo, puro y duro. Y... decidí enfrentarlo.

Me inscribí a varias ofertas ese mismo sábado. El lunes siguiente, me llamaron de una de esas ofertas al final de la tarde para entrevistarme el martes por la mañana, y ese mismo día me llamaron por la tarde para comenzar a currar al día siguiente, el miércoles. No tuve ni tiempo para pensármelo, para darle vueltas, para dudar. ¡Quería, necesitaba un trabajo y lo tenía! Tampoco tuve tiempo de tener miedo. Cuando quise darme cuenta, estaba sentada en mi nuevo curro, currando. Y toda la angustia que me generaba el cómo iba a hacer con los horarios, el cole, los niños, el bus... Pues mira por dónde, la suerte que he tenido de que el curro me queda tan cerca de casa, que es en las mismas horas que los niños están en el cole y que no me exige una presencia (en cuanto al vestir) que no pueda cumplir. ¡Toma ya! Todo lo que me preocupó durante meses, y de hecho me paralizó, ¡no se había cumplido!

Y aquí estoy ahora. No sé si me echarán mañana, ni sé qué haré cuando se me acabe el contrato, que en principio es por un mes. Pero estoy enfocada en que HOY tengo curro, que MAÑANA curraré, y no pienso preocuparme por lo que sucederá o lo que haré la semana que viene. Y sólo porque la realidad objetiva es que NO TENGO MI PUTA IDEA de lo que sucederá la semana que viene, así de claro. La semana que viene, o mañana, o cuando sea que suceda ALGO, en función de lo que sea que se presente tomaré una decisión y actuaré. YO SOLUCIONARÉ entonces, y sólo entonces, cuando llegue lo que tenga que llegar y seré capaz (como ahora) de encontrar una salida.

Decidí hacerlo por ellos... Pero en el camino, haciéndolo, me encontré a mi misma y estoy comenzando lentamente a hacerlo por mi, para mi, y luego por y para ellos. Ellos han sido el estímulo que me ha permitido dar el primer paso. Queda de mi parte seguir adelante.

Nueva cara



¡Cambio de imagen!

¡¡¡Al fin he podido cambiar la plantilla sin cargarme nada!!!

Aún quiero cambiar cositas, pero ya será mañana.

:)



Pues bien... Hoy ya es viernes. ¡Al fin!, dirán muchas; pero yo no. Sí, es viernes... ¿y qué?

Yo no espero con ilusión el viernes porque me voy de fiesta. Tampoco porque llega el finde y puedo hacer cosas interesantes. No; yo me alegro porque, ¡al fin!, no tendré que levantarme a las 6 y media de la mañana... :S

¡Seis y media de la mañana! ¡Yo! Jajajajajaja. Parece mentira... Técnicamente no necesito despertarme tan pronto, pero como soy una obsesiva compulsiva, necesito controlarlo todo y el tiempo es una de esas cosas que necesito poder controlar. Tengo verdadera obsesión por contabilizar cuánto tardo haciendo absolutamente cualquier cosa. Tengo más obsesiones, como organizar las cosas por colores, formas, tamaños, fechas... y pare Ud. de contar; y con el tiempo no iba a ser menos, no. Yo cronometro el tiempo que me toma hacer cualquier cosa; sé desde cuánto tiempo me dura un cigarrillo hasta cuánto tardo exactamente en recorrer una distancia frecuente.

Pues yo por las mañanas tengo muy mal despertar y me cuesta un cojón espabilar; así que yo necesito realmente poder tomármelo con calma, a mi ritmo, sin estrés. No soy de las que puede saltar de la cama e ir directamente a la ducha, ¡ni hablar! No señor; yo necesito hacerme mi cafelito tranquilamente... liarme el cigarrillo... fumar y beberme mi café mientras miro el tiempo que hará ese día... voy pensando qué ponerme (si no lo he hecho ya por la noche). Y así, se me vá más o menos media hora o más. Y yo no puedo prescindir de ese tiempo; para mi es un verdero desastre, un trauma poco menos, quedarme dormida.

Así que claro, levantándome tan pronto, no pudiendo luego echar una siesta a media tarde y siendo que no me meto en la cama hasta la 1 ó 2 de la madrugada... ¡vaya si estoy cansada! Pero estoy muy satisfecha, al menos por esa parte, porque el trabajo resulta que me encanta y de hecho, ojalá me dejasen fija con ellos; además, el bus para ir al curro lo pillo en la puerta del cole, el viaje dura 7 minutos y a la salida, me puedo venir a casa andando porque tardo sólo 12 minutos... ¡Es una pasada!

En fin. Luego claro, está la parte mierda. Y es que no sé cómo no estoy interna ya, atada como una buena loca peligrosa. Y es que no sé cómo me las estoy ingeniando para manejar el nivel de estrés, preocupación, miedo, angustia y ansiedad que me genera la malísima situación que estamos teniendo en casa, económicamente hablando. Porque es que es muy duro pasar de una estabilidad total, de hecho más que estabilidad diría "holgura económica", a una situación de "emergencia total"... Es duro, muy duro. En fin.

Lo demás... pues es que no sé. Os juro que no he tenido tiempo de pararme a perder tiempo pensando si estaré haciendo el ridículo o no últimamente, la verdad. No he tenido tiempo de torturarme y eso es bueno, supongo. Luego tampoco he tenido tiempo para comer bien (o no lo he querido buscar, no lo sé) pero lo cierto es que estoy viva. No gano peso, no hay manera, y apenas me descuido, bajo. No sé qué estoy haciendo mal; supongo que tendrá que ver con el no llevar un orden, no tener horarios para comer, o bien porque la sóla idea de obligarme a seguir una dieta balanceada con sus 5 comidas y tal, me es impensable. No puedo, no puedo ahora mismo ponerme a ello; es como que tengo el cerebro muy ocupado y para mi comer es la última de las cosas que recuerdo que tengo que hacer. Estoy comiendo una única vez al día. Osea que me alimento cada 24 horas. Sé que es algo que tengo que tomarme en serio, pero ahora mismo es que no puedo, de verdad.

No lo hago a posta, no estoy (al menos de forma consciente) buscando nada, ni perder peso ni mucho menos. Pero cada vez me interesa menos pesarme, cada vez evito más pesarme, mejor dicho. Ante la pregunta de... ¿Estás más delgada?, respondo con un rotundo "¡¡¡no!!!". Y evito mirarme las manos, o los brazos, o la cara inclusive. Porque no quiero mirar, simplemente. Es que de verdad, por una parte me siento de puta madre porque estoy intentando luchar contra mis miedos y mis cadenas, por la otra tengo un montón de ansiedad por cómo van a evolucionar las cosas económicamente hablando, por otra estoy con el estrés de no saber más allá del mes que dura mi contrato qué voy a hacer y por último, porque no sé realmente qué coño estoy haciendo con mi vida.

¿Estoy intentando tapar un hueco abriendo otro? Es que no lo sé, joder. No lo sé, y esa duda me martiriza...

¡Tengo trabajo!


¡Ya he encontrado trabajo! No es el trabajo que hubiese deseado, no ganaré lo que tenía pensado (y que necesito ganar), pero está bastante bien para ir saliendo del bache. Mientras me sale algo mejor, al menos produzco. Y además, con la ventaja de que me queda muy, muy cerca de casa (si voy en coche, son menos de 5 minutos, y si voy en bus menos de 10 minutos) y tengo un horario bastante cómodo y fácil de compatibilizar con el puto horario escolar; además, como sólo es por las mañanas (5 horas), tengo las tardes libres para poder ir a más entrevistas y así encontrar otra cosa.

Ha sido rapidísimo: me he inscrito a la oferta el sábado por la tarde, me han llamado ayer a las 20 para citarme a la entrevista, que ha sido esta mañana a las 11; y esta misma tarde, a las 17, me han llamado para decirme que si me podía incorporar... ¡mañana mismo! Por supuesto he dicho que si, y así es como a partir de mañana a las 9 comenzará realmente a cambiar mi vida. ¿O sus creíais que iba en broma cuando lo he anunciado en mi post, a mi regreso??? ¡¡¡Pues no!!!

Se acabó. Se acabó la frágil criatura endeble que se dejaba vencer a la más mínima. Se acabó la miserable imbécil que no era capaz de salir adelante. Se acabó el depender. Se acabó el no salir. Se acabó el no relacionarme con el mundo. Se acabó el no asumir retos. Se acabó el esconder la cabeza. Se acabó infravalorarme. Se acabó.

¡Se acabó!


:-)

Demasiado ocupada...



No os hacéis una idea de lo que me cuesta poner mis fotos. En primer lugar, porque soy extremadamente paranoica y no me gustaría que absolutamente nadie que me conozca diera conmigo de esta manera; ese miedo a ser reconocida (irracional o no), me lleva a sentirme como desnuda, expuesta y es algo muy incómodo. Y, en segundo lugar, porque odio ser juzgada. Y lo odio porque me dá pánico que la gente me vea y piense cosas sobre mi. Si la crítica es buena, siento que no la merezco; y si es mala, me hundo.


No sé si alguien pueda comprenderme. A ver cómo me explico... Si yo pudiese salir a la calle con un cartelito colgado del cuello que contara mi historia, o que mostrase mi cambio, por ejemplo, quizás entonces me sentiría más cómoda. Es algo así como una sensación de "si tú supieras..." (que se traduciría en un "si tú supieras, me admirarías"). Es decir, que estoy completamente convencida de que a menos que diga mi edad, que he tenido dos hijos y que hace unos meses pesaba 22 kilos más que ahora... A menos que diga eso, yo siento que paso totalmente desapercibida por el mundo. Que por lo que soy en sí, nadie voltearía a mirarme dos veces. Pero, "si lo supieran..." ...Si lo supieran seguramente voltearían a mirarme, por pura curiosidad, y quizás hasta pensarían: "vaya, pues menudo cambiazo". Pero no porque yo realmente les haya llamado la atención. Repito, no sé si alguien puede entender esta forma de sentir. Ni yo misma lo entiendo, pero es lo que hay dentro de mi.


Es como... Como si yo necesitase excusarme, pedir perdón por lo que soy, por cómo luzco y justificar las que considero "mis faltas". Y supongo que esto sucede así simplemente porque yo misma no me acepto, por lo que evidentemente no puedo imaginarme que nadie más pueda aceptarme tal y como soy. Me percibo así de imperfecta porque estoy constantemente comparándome con esa imagen que tengo en mi mente de "cómo debería de ser", y no, no doy la talla, chicas. Pero ni de lejos, vamos. Incluso me comparo conmigo misma, recordando cómo era hace unos años; y siento una rabia tremenda al pensar que en ciertos aspectos, en aquel entonces tenía cosas que hoy ya he perdido (como la lozanía, por ejemplo); pero que, entonces, al igual que hago ahora, no apreciaba porque estaba demasiado ocupada criticándome y comparándome con lo que yo quería ser y no era!!! ¿Alguien ha entendido este enredo?


Funciono más o menos así: (voy a usar el ejemplo del peso, pero esto que os cuento es aplicable a todos los demás aspectos de mi vida): yo desperdicio una gran cantidad de energía y tiempo analizando y pensando todos mis defectos; sufriendo y sintiéndome miserable por no tener el cuerpo que quiero, por estar vieja, por haber perdido el tiempo, por no haberme cuidado más cuando era más joven... Y también paso mucho tiempo arrepintiéndome, sintiéndome muy estúpida por no haber sido capaz de apreciar, cuidar y valorar lo que tenía antes... Pero es que antes, cuando era más joven, tampoco lo veía porque estaba demasiado ocupada pensando, analizando y sintiéndome miserable por las mismas cosas... Y así, una y otra vez, día tras día, año tras año, el tiempo ha continuado su curso mientras yo he estado estancada siempre, sin avanzar, atrapada sin saber cómo salir, sin saber cómo parar toda esta mierda.


Decir que he vivido hasta ahora, es simplemente eso, un decir o mejor dicho, un estado: estar viva, vamos; pero yo lo que veo y siento es que realmente yo no he vivido, sino que he dejado que la vida me pase por encima, pero sin sumergirme en ella... Y no me dí cuenta (porque, recordemos: estaba "demasiado ocupada"). He dejado que las situaciones y circunstancias me fuesen arrastrando hasta donde estoy hoy, pero siento que nunca he tomado alguna decisión importante para cambiar el curso de mi vida.


Dios mío, ¿alguien entiende algo de lo que quiero decir? Es tan difícil de explicar...


En un acto de lucidez sublime, me está dando por pensar que me vá a seguir sucediendo lo mismo el resto de mi vida, a menos que haga algo YA y cambie mi manera de ser. El resto de mi vida es... es mucho tiempo; es demasiado tiempo para continuar con una existencia miserable.


Es mucho más que eso: es todo lo que tengo.


Tengo que dejar de pensar, analizar, compararme, castigarme y sufrir por ello, y comenzar realmente a vivir, sentir y hacer. Tengo que dejar de decir las cosas, y hacerlas. No sé cómo se hace eso, ni sé tampoco por dónde empezar, la verdad. Lo único que sé es que el tiempo sigue corriendo, tic-tac tic-tac... Y cada segundo, cada minuto que pasa se transforma en horas, días, meses y en años...


Tomando en cuenta que HOY es todo cuanto poseo verdaderamente... Ya estoy tardando en empezar a poner orden.


En un intento por cambiar la plantilla por una nueva, me he cargado medio blog... Estoy intentando reconstruírlo. Esta tarde no lograba recuperar ni las entradas; ahora ya sí están todas; lo que sí que perdí son todos los elementos que tenía en la página (como las fotos, calculadoras y demás chorradas). Pero eran eso, chorraditas varias que ya iré (o no) volviendo a poner.


Me he cortado el cabello; desde que me "arranqué" las extensiones con acetona hace 4 meses, no me había dado un toque; así que ya os podéis hacer una idea de cómo tengo el cabello de maltratado y reseco y hecho mierda después de esa agresión acetónica y después de un verano de bajarme a diario a la piscina. Claro, si se me debe estar cayendo por eso, y no por otra razón!!! Así que ayer mismo me fui a cortar las puntas, para sanearlo un poco. No ha quedado del todo mal. Ya no parezco una bruja; ahora parezco una vieja bruja medio arreglada, jajajaja.


Le comentaba a Princesa Tímida que he pasado toda la semana con dolores de cabeza como ella, y además, todo lo que como me sienta fatal (pero no he dejado de comer). De resto todo sigue igual; tengo la lavadora estropeada desde el jueves de la semana pasada y me duele el cuello y los brazos de tener que lavar todas las noches el uniforme del día siguiente de los niños. Me cago en su puta madre, me cago en la puta pieza y me cago en todo lo que me pueda cagar, porque si ya hoy no vino el técnico, significa que no vendrá hasta el lunes, como poco. ¡Maldita sea mi suerte!


Ah, y aún no me han llamado para ninguna entrevista, y esta tarde me ha entrado un ataque de ansiedad por la situación en casa, que no es tampoco tan grave pero sí es lo suficientemente jodida como para ponerme mala. Había aguantado hasta hoy, pero hoy me siento sin fuerzas, moralmente agotada; no me apetece hacer nada y sólo tengo ganas de llorar, y ni sé bien porqué.


Quiero dormir, y despertar mañana y que todo esté bien. ¡Qué ilusa!



Un antes, cuando no sé en qué momento perdí el control y me dejé llevar, día a día. Un antes en el que no sé cuándo dejó de importarme mucho nada; un antes en el que iba escapando de la realidad día a día, fabricándome un microcosmos en el que refugiarme del exterior. Un antes en el que, durante tres años, me fui transformando. ¿El resultado? Aquí está...






Cuando miro fotos de ésta época, siento rechazo, repugnancia; no me cabe en la cabeza que esa, efectivamente, soy yo misma. No entiendo cómo tenía valor de salir a la calle, a dejarme ver así. Se me hace un nudo en el estómago, y siento pánico. Es cuando cierro los ojos, dejo resbalar mis manos por mi vientre, acariciando mis caderas, me abrazo y entonces se me espanta el miedo. Ya no soy esa, ya nunca más seré así. Nunca más. Ahora, como debe ser, como siempre ha sido y será en adelante, esta soy yo...






Y lucharé porque nunca más esa de antes regrese. Esa que nunca debió haber existido. Ha sido la única vez en toda mi vida (sin la excusa de un embarazo) en la que me he maltratado tanto. No la dejaré volver.


Y ahora, si me lo permitís, voy a bailar sola. Voy a abrazarme, a sentir, aunque sea durante los 8 minutos que dura ésta versión en vivo de la canción de la que os hablé en mi anterior post, y voy a dejar que esa alegría que transmite me contagie, me invada y me llene. Y me voy a permitir, durante esos 8 minutos, simplemente, ser feliz...





Lo necesito. Realmente lo necesito.

;;

Mi Proceso