¡A tomar por culo!




Este fin de semana he dejado de apuntar todo lo que ingiero y bebo. Ha sido realmente difícil, puesto que estoy constantemente pensando en ello; pero creo que es posible, poco a poco, irme desligando de esa costumbre. Una cosa es ser conscientes de lo que comemos y otra controlarnos de forma obsesiva; es tan sencillo como tener en cuenta que si a mediodía nos comemos una ración de paella, pues por la noche cenamos algo ligerito como una ensalada, por ejemplo. Lo ideal es comer sano y no vivir a dieta eternamente con algunos "días de permiso". A mí me es infinitamente más fácil que para muchas de vosotras, porque soy yo quien cocina en casa y quien decide qué se come, a qué hora se come y qué cosa come cada quien, así que tengo eso a mi favor.


Me está costando comer con normalidad. Es decir, tengo por una parte que "acordarme" de comer, porque la sensación de hambre no la tengo y por la otra, tiendo a comer las minucias a las que me he acostumbrado estos meses. Lo que sí he aprendido es a "escuchar" a mi cuerpo; esto es muy, muy importante en cuanto a cambiar hábitos: con esto me refiero identificar la sensación de plenitud al comer. He aprendido a conocer esa sensación de "me siento satisfecha ahora mismo, pero si sigo comiendo, quedaré tan llena que reventaré". Es saber parar de comer en ese punto en el que ya no tienes hambre, en el que estás saciada pero no estás "llena"; es decir, podrías seguir comiendo más, pero es ahí, en ese momento, que tú eliges parar o no. Y yo elijo parar. Con esto puedes comer de todo, pero controlando las cantidades. Y con de todo no quiero decir en ningún caso comidas llenas de grasa, harinas, ni nada por el estilo. Evito comer ese tipo de cosas, tanto porque me sientan como el culo como porque me hacen daño. Si vuelvo poco a poco a comer como antes, pues volveré en no tan poco a estar como antes, y aquí lo que hay que aprender es a cambiar de hábitos.


Lo que aún no puedo quitarme es el pesarme todos los santos días. Y a veces, me peso durante el día también. Esta mañana he pensado ponerme el reto de no volver a pesarme hasta el próximo lunes, pero no sé si podré. Tengo miedo de que al no pesarme me pueda llevar un susto el lunes que viene y haber engordado... No sé, lo mismo del tirón no como nada con los nervios de engordar, así que bueno, pasito a pasito. Al menos ya no anoto todo y ya no cuento calorías; creo que ese es un paso bastante importante para mi.


Ahora mismo estoy oscilando entre 58-59 kilos. Al final, he llegado a mi meta: he visto el 58. Cada vez que la gente que me rodea me dice lo flaca que estoy, me siento en plan "siiii, ¡yupi!". Comienzo a sentirme a gusto conmigo, de a poco. Por los momentos, como no me veo a mi misma así de bien como me ven los demás, lo que hago es que me obligo a pensar que no puedo verme gorda, o no puedo estar estar gorda, mejor dicho, midiendo lo que mido y pesando lo que peso (1.72mt/59kg). Cuando me siento y me preocupo de si me estarán marcando los rollos, me obligo a pensar que es imposible que tenga rollos de grasa e intento pensar en otra cosa. Voy poco a poco, pero ahora a veces me miro y me gusto y me siento bien, aunque sólo me dure algunos segundos. ¿Ya eso es algo, no?


Con la depre que me dió, he dejado de echarme mis cremas y potingues, y también he abandonado el ejercicio; así que a partir de hoy quiero retomar esa parte porque sé que haciendo mis sesiones de fitness me voy a sentir mejor y a estar llena de energía. Luego, me bajaré a la piscina a refrescarme y a tomar el sol, mentalizándome de que bajar a la piscina comunitaria no es asistir a un desfile de moda en el que voy a ser juzgada, que me veo como me veo y habrá a quien le guste y a quien no... y a mi, ¡¡¡no me importa!!!


Mi lema de la semana es... ¡¡¡ A TOMAR POR CULO !!! Dedicado a la ansiedad, a la obsesión por la perfección y a todas aquellas personas a quienes no les guste mi cuerpo.




Me estoy rehaciendo; lentamente, dolorosamente, pero creo que lo voy a lograr una vez más. Sé que estoy ausente, porque lo estoy; pero de ninguna manera voy a abandonar este espacio, mi espacio; al menos no por ahora.


Un poco de amor propio, como reza el título de esta entrada, ha sido un intento por encontrar algún atisbo de belleza que me hiciera sentir bien, satisfecha, conforme. Y quería simplemente compartirlo, porque comienzo tímidamente a gustarme. Todavía pienso que... "ajá, que si, que no me veo mal"; (ojo a la frase: no es que me vea bien, sino que simplemente no me veo del todo mal, que no es lo mismo), "pero siento aún que aquí todavía falta, o allí todavía sobra". ¿? Pero estoy luchando por ver lo que hay, no lo que no hay; a apreciar lo que tengo, lo que he logrado y no lo que no tengo, lo que aún me falta o lo que no me gusta... Porque hay cosas que no podremos cambiar nunca, porque es nuestra escencia y tenemos que aprender a vivir con ello y aceptarnos tal cual somos. Y en esas estoy...


Peso, a día de hoy, 59 kilos y NO quiero bajar más de peso. ¿Me ha gustado ver el "5", al fin? Pues... sí, para qué negarlo. Pero gracias a que lo he visto ahora (ahora, que me doy cuenta de lo enferma que estoy), pues no ha sido lo mismo: he sentido esas cosquillas y esa euforia en plan "¡bien!", pero a la vez soy consciente de que cada vez que me tumbo a ver la tele o cuando me estiro un poco para coger algo, se me salen las costillas y eso es horrible. Así que ha sido una mezcla de estúpida felicidad enfermiza con un "oh-oh, esto tiene que parar aquí y ahora".






Y... no. NO es nada fácil parar. NO quiero de ninguna manera ser ninguna "inspiración". Sería muy perverso de mi parte, muestra de un gran cinismo y un acto de maldad pura. Ojalá os pudiérais hacer una idea de por lo que estoy pasando. Si fuese posible que viéseis lo que hay dentro de mi, sólo por un instante, NI UNA SOLA DE VOSOTRAS seguiría adelante. Pero la realidad es que no podéis verlo, y que todas tendréis que vivirlo en carne propia. Claro, sólo si decidís seguir adelante: cada quien es libre de tomar sus propias decisiones.



P.D.: Alice: La canción que ahora nos acompaña en el blog: el tema se llama "Planet Earth Forever", y es de Jo Blankenburg. ;) Anónimo... ¡No pienso abandonar el blog! :)



Sigo muy deprimida. Siento un desasosiego enorme dentro de mi, y no encuentro una razón que explique porqué estoy así, y tampoco encuentro una razón para dejar de sentirme como me siento. He querido sincerarme con mi súbdito y he hablado ayer con él. Necesitaba dejar de fingir que todo está bien, necesitaba desahogarme, necesitaba un abrazo. Necesitaba llorar en el hombro de alguien. Mi súbdito ya no es mi súbdito. De ahora en adelante es el Rey. Un Rey que no sabe cómo hacer que su Reina se sienta mejor, que se sienta feliz. No sabe si la entiende, pero la quiere ayudar. Y eso alivia un poco tanto dolor, porque el dolor cuando se lleva en soledad, duele más.


Desde ayer no he parado de hacer cosas en casa. Es tremendo como he postergado hasta las cosas más básicas; me ha sorprendido ver hasta qué punto he perdido el control. Siento un poco como si hubiese estado ciega hasta ahora y de a poco, comienzo a ver las cosas a mi alrededor... Y lo que veo es desorden, cosas acumuladas sin hacer; un caos total. No entiendo qué hacía yo todo el día, todos los días, de verdad que no lo entiendo. Es como vivir sin haber vivido, y no me había dado cuenta. Y ahora es como si pudiera ver todo otra vez, tal y como lo he dejado paralizado este tiempo, meses y meses. Así que tengo mucho, mucho trabajo por delante, pese a que desde ayer no he parado y la verdad es que ya he adelantado un montón de cosas. Es como una terapia; como estoy todo el día ocupada, no me detengo a pensar, a darle más vueltas a las cosas. Además, a mi me sucede algo muy particular; no puedo poner orden en mi cabeza si a mi alrededor todo está en desorden; siempre que quiero emprender algo nuevo, necesito desesperadamente organizar las cosas a mi alrededor. Entonces me siento capaz de sentarme a organizar mi cabeza.


Pero no me siento feliz, ni mucho menos. Tengo una soledad por dentro, como un dolor que no se vá. Me distraigo de él, pero no logro sacarlo fuera, o enterrarlo, o matarlo. Tampoco logro pisotearlo y ser, aunque sea por un ratito, feliz. O sentirme feliz, quiero decir, aunque sea por 5 minutos. Si me quedo sin hacer nada, me vienen unas ganas horribles de llorar. Ahora mismo no puedo evitar llorar. Es como cuando estás de duelo, igual. Tengo el alma en duelo.


Quiero intentar salir de esto. Si antes ya muchas veces he podido, supongo que podré nuevamente. Peso 60 kilos. He terminado con mi ayuno ayer. He decidido plantearme una ingesta diaria de 600 calorías, para empezar a acostumbrarme a comer todos los días, a la misma hora. Luego, poco a poco, ir subiendo la cantidad de calorías a 800, luego a 1000... hasta llegar a una ingesta normal, sana, adecuada. Tengo pánico de sólo pensarlo, pero ayer y hoy ha sido fácil comer. Cosas sanas, sin grasas, ligeras y fáciles de digerir, en pequeñas cantidades. Y es que la razón, esa parte de mi cerebro que aún no se ha podrido, me dice que tengo que parar. Que no siga adelante, porque es estúpido. Porque me estoy destruyendo. Porque aunque ahora, mientras escribo entre lágrimas, sienta que no me importo lo más mínimo, debo reconocer que hay muchas personas a quienes sí les importo. Luego están mis principitos, quienes dependen de mi. No puedo fallarme a mi misma, porque les estaría fallando a ellos y no se lo merecen. Yo no me merezco esto. Nadie se merece esto.


No puede tratarse de metas numéricas. Ya he alcanzado mi meta, que no puedo permitir que sea un simple número. Mi meta era perder peso, y ya he perdido 18 kilos; entonces, lo he logrado. Tengo que meterme en la cabeza que ya he logrado mi objetivo: recuperar mi peso, llevar una vida más activa haciendo deporte con regularidad, y aprender a comer de otra manera, más sana, para no volver a permitirme descuidarme como me descuidé antes, lo que me llevó a coger muchos kilos de más. ¿Qué sentido tiene todo esto, si estás gorda y te sientes frustrada y cuando bajas y estás delgada sigues sintiéndote frustrada?


Por los momentos no quiero ir a ningún psicólogo. Siento una renuencia muy grande hacia ello, no sé porqué. Confío en mi capacidad de surgir de entre mis propias cenizas. Siempre he podido, y esta vez también podré. Tengo que poder. Ya he logrado quitarme el peso que me sobraba. Ahora tengo que aprender a quererme, respetarme, valorarme. Aceptarme como soy, incluyendo aquello que no puedo cambiar de mi, por más que baje de peso y por más ejercicio que haga.


Tengo que reinventarme de nuevo.




P.D.: A TODAS MIS NIÑAS ESPECIALES... Perdonadme la ausencia, perdonadme el que no tenga ni una palabra que dejaros en vuestros blogs. Os juro por lo más sagrado que no tengo fuerzas, ni palabras, y no quiero contagiaros con mi desánimo tampoco. Muchas gracias por venir a leerme y muy especialmente a todas quienes siempre me comentáis, aunque no sepáis a veces ni qué decirme, me dejáis un poquito de alegría en cada letra que escribís y eso me reconforta. Siempre os leo, os sigo a todas, de eso no os quepa duda.

15 años



Así me siento. Como si tuviera 15 putos años. Mi súbdito comienza a mosquearse; no me dice nada directamente, pero hace comentarios que jamás había hecho antes. Ahora resulta que se fija en si como o no como, qué como, qué cantidad, y a qué hora. ¿? En 18 años que llevamos juntos, JAMAS ha sospechado nada, así que me resulta muy extraño todo esto. Puede ser que como la anorexia está de moda, y ahora resulta que en vez de preocuparse por las drogas pues todo el mundo habla del tema de la delgadez, del culto al cuerpo y de las obsesión por la búsqueda de la perfección. ¡No te jode! Tengo rabia. Ahora resulta que tengo que estar pendiente y disimular. Menos mal que casi siempre estoy sola, que si no...


Estoy mirando hacerme un tatuaje en el bajo vientre, sobre el pubis, para tapar las pocas estrías que tengo. Estoy investigando porque hay quien dice que sí se disimulan y quien dice que no, que puede ser hasta peor. Y no encuentro fotografías de vientres estriados con algún tatuaje. Tengo rabia también por eso. Sería algo pequeño, y no me haría nada cantoso; gracias al cielo que las estrías son pocas, delgadas, cortas y están sólo del lado izquierdo y en la parte baja del vientre. Pero tengo rabia, quiero hacerme el puto tatuaje.


Hoy he salido con el coche. Evito conducir cuando no como o cuando he comido muy muy poco, como es el caso; pero no tenía más remedio y, como ahora me toca aparentar una estúpida normalidad ante mi súbdito, pues tuve que coger el coche. Me dá miedo que me venga un mareo chungo en el momento menos adecuado.


He comprado pilas nuevas para mi báscula; estoy tan, pero tan mosqueada porque no bajo de peso que he pensado que quizás las pilas están ya gastadas, porque es que no es normal. Sigo con el 61. Si no veo un "5" pronto, me vá a dar algo. Si para el lunes no bajo, lo que sea, comenzaré un ayuno total por tiempo indefinido. Qué rabia tengo.


Así que estoy igual. Igual de desanimada, igual sin comer casi, igual de gorda, igual de desarreglada, sin teñirme, sin quitarme las malditas extensiones que ya las odio, sin hacerme las manos ni los pies, ni depilarme, ni nada. Una hermosura, vamos.


¿Dónde se podrá ir una a lavarse el alma? Necesito quitarme tanta mierda de encima...

Fighting



Estoy estancada en los 61 kilos (por redondear; a veces unos gramos arriba, a veces unos gramos abajo), y de igual manera estoy estancada emocionalmente. Los días me devoran. En vez de vivir, estoy viendo la vida pasar (pasarme por encima). Pero no tengo ánimos, ni fuerzas. No sé cómo salir de esta, como siempre. Porque siempre que estás aquí abajo, no sabes si podrás salir, ni cómo, ni cuando. Aquí abajo hace calor, hace frío, apesta, está todo oscuro, no se respira bien. Me estoy viniendo abajo con mucha facilidad y cada vez me cuesta más hacer cualquier cosa.


Siento estar tan negativa, y no tener una palabra alegre para dejaros en vuestras casas. Os leo, os visito (a las que actualizáis, que muchas no habéis actualizado). Pero paso como una sombra por vuestros mundillos... He cambiado la música del blog por una canción que me gusta mucho, pero que no es precisamente "alegre" como la que tenía antes; me gusta mucho y es el tipo de música que escucho mientras levanto pesas, aparte de que es uno de mis estilos musicales favoritos. Sin embargo, esa cierta cadencia lúgubre del tema se concuerda perfectamente con mis sentimientos y sensaciones actuales. Es más; he decidido que cambiaré la música del blog según mi estado de ánimo, así que antes de leerme siquiera ya sabréis por dónde van los tiros ese día o esa semana, con sólo escuchar.


Todo sigue igual. Sigo luchando. Ni gano ni pierdo; estoy demasiado ocupada peleando para saberlo todavía. Pero esta lucha me está agotando y consumiendo. No hablo de la lucha física, contra mi cuerpo; sino de la lucha psicológica. Es una batalla en toda regla contra mi peor enemiga: la soledad interior.


Muchos besos a todas mis niñas hermosas.

Día tras día...






Un día más, y otro, y el siguiente a ese... Todo igual, en el mismo lugar, con la misma gente de siempre, las mismas cosas, las risas conocidas, mucho calor, un café, una tostada con tomate, un cinturón nuevo, sudor, mareos, fatiga... Disfraza tu alma de normalidad, reunión con la maestra, eres una madre feliz e ideal, sobretodo normal... Desnúdate al llegar a casa, túmbate un rato al cobijo del aire acondicionado, fuma, vuelve a fumar, fuma más. Otro café, no hay espacio para más comida, tu mente no es capaz de organizar coherentemente tanto por hacer, el tiempo no alcanza para nada cuando te sobra. Ahora hace frío, apaga el aire. Ahora vuelvo a tener calor... Suena el móvil; sí cariño, claro que he comido; sí, estoy bien, me encuentro perfectamente. ¿Ahora te preocupas? No, ahora no. No te lo permito. Esto es mío. Me han subido el tabaco 30 céntimos, toca andar hasta el estanco para ahorrarme 90 céntimos de mierda. ¿A qué sabe la paella? Ya no lo recuerdo. ¿Y la pasta, y el pan? ¿Eso se come? Necesito un yogurt. Necesito un trozo de sandía. Necesito un jacuzzi, una isla desierta, un amante. Tengo ganas de subir a lo alto de una montaña y no hacer nada más que contemplar el mundo desde allí. Hace calor, mucho calor... Estoy tan harta, tan cansada.

ALLI




He visto en varios blogs mucho revuelo por el famoso Alli; muchas chicas buscando info de alguien que las haya probado, y yo que las he probado os voy a contar mi experiencia.

Cada tanto las chicas de mi farmacia me cuentan sobre las cosas nuevas que van saliendo como coayudantes en dietas de pérdida de peso, y en abril me comentaron de ALLI. Y yo me lo compré. Y como hago siempre, después de haberlo comprado busqué información de cómo era y realmente encontré muy poca.

Lo comencé a tomar con cierto temor, porque había leído las contraindicaciones que son muchas, pero las peores y más comunes eran las más asquerosas, encima que estaba la advertencia de que es un producto dirigido a personas con obesidad, con índices superiores a 30 de IMC. Pero yo como soy muy cabezota decidí probarlo igualmente.

Perder peso, pues perdí el mismo que pierdo normalmente, así que no hubo ninguna diferencia. Donde sí ví resultados, es... A ver, esto resulta bastante escatológico, pero si queréis saber cómo es os lo tendré que contar!

Dicho en cristiano y sin pelos en la lengua, cagas literalmente la grasa que comes. Según indica en el prospecto, dice que eliminas a través de las heces la cuarta parte de la grasa ingerida. Mi problema era que yo apenas como, y grasas casi nunca, por no decir nunca; sólo cuando tomo una ensalada, por ejemplo, a la que le pongo un punto de mayonesa porque soy adicta a la mayonesa y no podría comerme una ensalada sin ella. Entonces claro, ya tenía un problema: si tomaba las pastillas esas pero no comía nada, estaba tirando el dinero porque no iban a hacerme nada. Os dejo bien claro que son pastillas que están pensadas para ayudar a aquellas personas que siguen una dieta rigurosa para perder peso, pero equilibrada; es decir, dietas que incluyen unas cantidades estipuladas de ingesta de grasas al día. Entonces sí hacen su efecto.

Yo, durante el mes que las probé, lo que decidí hacer fue tomarlas única y exclusivamente cuando comiese algo que llevara grasa. Y así he hecho; todavía me quedan tres pastillas azules, mis pastillas "mágicas" como yo las llamo, y las llevo siempre en el bolso conmigo en su estuche azul, que es un pastillero que te viene con el pack al comprar el producto. Yo tengo un problema grave de personalidad obsesiva, y estas pastillas han pasado a ser mi segundo salvavidas después de los laxantes, así que os advierto para que no cometáis ese error. Si alguna sigue una dieta balanceada, con sus comidas normales, que incluya la cantidad apropiada de grasas, adelante, probarlas que de que funcionan, funcionan. Yo he decidido utilizarlas cuando me "paso", cuando me salgo de la dieta. Joder, chicas; os dejo bien claro que para mi salirme de la dieta es comer, por favor. Tener eso siempre en cuenta.

Sobre su efecto... A ver cómo lo explico sin que suene tan escatológico como de hecho lo es. Ayer, por ejemplo, que decidí comer (en mi intento de experimento macabro), comí grasa. Vaya si era grasosa la comida, que aún siento el puto sabor pegado en la garganta, ains. Bueno, a lo que voy: por supuestísimo que me tomé mi ALLI, y 4 pastillas laxantes de regalo, con 2 litros de agua, antes de acostarme, después de que os escribí anoche. Cuando vas al baño, la grasa que sale junto con las heces tiene un color naranjoso. Es algo, según he podido leer por ahi, que es así para todo el mundo; así que quienes lo toméis, cagareis en clave de color naranja, jajaja. Eso de la incontinencia, de las diarreas, y de las pérdidas o escapes de gases o flatulencias oleosas a mí no me ha sucedido; supongo que les sucede a aquellas personas que ingieren más grasa de la que debieran, y claro, ¡¡¡aguanta tú un pedo de grasa!!! No se puede, así que he leído historias de gente que literalmente se ha cagado encima, y todo era pura grasa naranja... No me lo quiero ni imaginar.

Os recomiendo que, si las váis a probar: NO las toméis si no coméis o si coméis cero grasas; no os harán ningún efecto y perderéis el dinero, y las pastis son carillas. NO os paséis en la cantidad de grasa que comáis, porque sino se os pueden presentar los efectos adversos de incontencia y similares. NO las toméis junto con laxantes como hice yo anoche, porque ellas ya de por sí os regulan el tránsito intestinal; será horrible si lo hacéis, no lo hagáis porfis. Y, jamás de los jamaces se os ocurra NUNCA pensar que si habéis comido mogollón de comida grasienta, mejor tomar dos en vez de una pasti. NI SE OS OCURRA. Advertidas quedáis todas.

Eso es todo en cuanto al famoso ALLI. Yo, personalmente, tengo la ilusión de que en cuanto llegue al peso que quiero llegar pueda progresivamente volver a comer normalmente y entonces, espero poder utilizarlo esas veces en las que coma más grasita de lo normal, como cuando te enchufas unas cuantas patatas fritas, jejeje. Porque supongo que algún día volveré a comerme una patata frita, una pizza, una croqueta o esas cosas, vamos.

Informadas quedáis todas! :)

¿Ahora ansiedad?


Estoy un poco asustada. No me encuentro nada bien; estoy muy inestable. Es parte de todo este rollo y había aprendido a convivir y lidiar con ello, o al menos eso creía yo. Pero creo que se me olvidó.

Vamos a dejar una cosa clara primero que nada: yo tengo un problema desde muy joven y jamás lo he superado; simplemente, he aprendido a manejarlo y a convivir con ello. No me gusta llamarlo anorexia, no me gusta pensar que yo sea una "anoréxica". De hecho, lo detesto. Para mí no hay nada que resulte más ofensivo que alguien me diga "pareces una anoréxica" o peor, "estás anoréxica". Y, siendo completamente honesta, me resulta realmente doloroso cuando se refieren a ella como la Diosa Ana. De hecho, me resulta inclusive un poco insultante, pero bueno; eso es otro tema.

Yo no sé si alguna sabe lo que es sufrir por cada bocado que te llevas a la boca. Yo no sé si alguna piense de forma constante en lo que ha comido, comerá o dejará de comer ese día. Yo no sé si alguna sabe lo que se siente cuando nunca tienes hambre. Y no sé si alguna sabe lo que se siente cuando, un día, descubres en ti una extraña sensación que se apodera de ti, te marea, te hace sentir angustia, te acelera: el hambre. Así, de pronto te ves sintiendo como una persona "normal" que necesita comer. Y te desorientas.

Hoy quise hacer un experimento. Si no me lo hubiese planteado durante horas como tal, no lo hubiera hecho. Me propuse comer un plato de comida de verdad: había preparado filetes de pollo empanados, arroz blanco y maíz en grano para los niños. Me dieron ganas de llorar cuando mi hijo más pequeño me miró asombrado y me dijo incrédulo: "mami, ¿vas a comer?" y yo le respondí que claro, que iba a comer con ellos. Me responde: "¿y vas a comer lo mismo que nosotros?", y yo le digo que sí, que porqué se sorprende, y va y me suelta: "ahhh, vale, es que como nunca comes porque te estás desengordando...". Y ahí me vine abajo. Mi hijo de 8 años que no es idiota, se dá cuenta de que su madre está "desengordando" día a día (porque me vé, no es ciego) y además, observa que me alimento a base de sandía, café y agua, alguna galletita integral con un tomate... o una ensalada. Y está creciendo con la idea de que eso es algo normal. Toma ya. Qué madre tan ejemplar.

Me temblaba la mano comiendo. Tuve un ataque de ansiedad al terminar. Me serví realmente poco, porque no estoy acostumbrada a comer y si me paso de cantidad me pongo mala. Pero incluso así, masticando despacito e intentando disfrutar la comida me dió el ataque de ansiedad: la respiración se te dificulta, te mareas, es como tener mucho miedo de repente sin ningún motivo. Hice mis técnicas de relajación, observé y analizé mi reacción durante el rato que me duró la sensación. Tuve un ataque de pánico por comer, y más pánico por sentir el estómago lleno.

El resultado de mi estúpido experimento es malo. Yo estaba convencida de que una vez llegase a mi meta, pararía (como siempre logro hacer) y volvería a la normalidad; esa normalidad implica sentarte a comer con tu familia, mientras charlas despreocupadamente y disfrutas de tu comida que es sana, baja en grasas y todo eso, pero que es la misma comida para todos en la mesa, y no "algo aparte" o peor aún, nada. Por la noche cené con mi súbdito, y me dió el mismo ataque de ansiedad del mediodía. La comida me está generando ansiedad, y por eso no como. El no comer me está generando más ansiedad, y por eso fumo más. Llevo más de 20 años con este problema y me sé de memoria que el no comer deprime, enferma, destruye. Lo he vivido toda mi vida. Pero yo siempre había controlado, o eso creía. Joder, estoy viva, estoy sana y tengo una vida medio normal y una familia. Supongo que he sabido sobrevivir, ¿no?

Entonces, ¿cuál es mi miedo?, diréis. Y mi miedo ahora es que estoy sintiendo cosas que no soy capaz de controlar ahora mismo. Ahora mismo me encuentro a punto de vomitar, con palpitaciones, sudando. Me duele la cabeza y estoy llorando sin motivo. Me dá pánico vomitar, y ahora tengo miedo porque tengo el estómago malo y revuelto y tengo muchas náuseas y odio esta sensación de tener el estómago lleno. Escribo por desahogarme, es como gritar al viento. No pretendo buscar ayuda, porque no me la podéis dar. Pero ahora mismo no puedo pensar con claridad y sólo necesitaba escribirlo, quizás mañana me arrepienta. Normalmente reviso y corrijo mis entradas para que queden bien y esta vez, no lo haré; así que os pido disculpas si no se entiende bien o hay algún error. Sólo quería aclararos que no estoy jugando ningún juego nuevo y, para las que no lo supiéseis, pues eso. Que la veterana que escribe está jodida, y bien jodida que está.

Niñas, me voy a poner una manzanilla o a vomitar, es que me encuentro realmente mal. Igual me tomo algún calmante porque este agobio de taquicardia no lo aguanto más. Voy a dormir, así que sed buenas y cuando me sienta más calmada os visito.

Entre lágrimas os grito que no hagáis lo mismo con vuestras vidas. Me siento tan absolutamente miserable. Y perdonadme de todo corazón por mostrarme así.

"Absurdeces"




"Absurdeces"... ¿Será una palabra válida? Gilipolleces sí que lo es, que viene siendo lo mismo.

Advierto que el de hoy es un post lleno de enredos existenciales, así que si te fastidia la idea... Mejor deja de leer. Estás advertida: hoy no escribiré nada motivador, ni emocionante, ni divertido. Lo siento.

Detesto profundamente cuando me pongo sarcástica. Pero es que ahora mismo estoy tan, pero tan enfadada conmigo misma... No puedo parar de pensar: ¿Cómo me pude descuidar así? ¿Cómo pude haberme hecho esto? Me siento tan decepcionada de mi misma que no puedo ni pensar una respuesta. Y lo peor es esta sensación de que el daño ya está hecho y de que no tiene remedio.

A veces pienso en mandarlo todo a la mierda y dejarme ir. Total, ¿para qué? Pero me dá pánico dejarme ir y volver atrás, a lo que era hace unos meses, en lo que me transformé el día en el que tapaba los espejos para no ver mi reflejo y poder convivir conmigo durante tres años. Conformarme, eso era lo que hacía. Estaría cansada, y me dejé llevar. La única manera de levantarte cada día y hacer lo que se supone que debes hacer, es conformándote. Si te rebelas, te jodes. Mejor confórmate, y santas pascuas.

Pero la gran pregunta es: ¿para qué hago todo esto? ¿A dónde quiero llegar, qué estoy buscando? Se supone que es "sentirme bien conmigo misma", pero estoy -objetivamente hablando- un 99,9% mejor que hace 5 meses y no, no me siento mejor conmigo misma. Me doy cuenta de que ver un número u otro en la báscula me provoca o bien euforia, o bien decepción; pero aparte de eso, no me siento realmente feliz ni satisfecha. A veces me pasa algo extraño; normalmente, no puedo ver más allá de los que yo considero mis defectos, no soy capaz. Pero a veces, me ha ocurrido que por unas centésimas de segundo, realmente me gusta lo que veo: veo una mujer arreglada, atractiva, delgada. Pero esa imagen es como un espejismo, se esfuma. Es como cuando crees haber visto algo, pero luego vuelves a mirar y te das cuenta de que no era nada. Y viene el bajón. Viene el "no mires, no mires más". Que es un "no busques, que no hay".

Y sales a la calle intentando hacer como que no te importa. Y si te miran, piensas que te han mirado porque seguramente te ven ridícula, fea, inapropiada. Y piensas que no debiste haberte puesto esto o aquello, porque está claro que no te vá, porque te miran, y te miran porque vas mal. Es como si pudieras escuchar sus risitas detrás de ti. Y es perfectamente posible que esto suceda sólo en tu cabeza, porque vas sola por una calle desierta. Pero también es posible que suceda realmente.

Estoy agotada. Realmente me siento estrujada mentalmente. La carga emocional del estrés al que nos sometemos nosotras mismas es muy pesada, dura y cruel. Y estoy tan harta de esto, porque ya son demasiados los días, los meses, los años. Me hago mayor y todo es exactamente igual que cuando tenía 14 años. Todo, pero sobretodo el sentir que no das la talla. Me siento enferma, presa, atrapada y a veces el cuerpo me pide a gritos correr, escapar, esconderme. Pero las piernas no me responden, nunca logro correr suficientemente lejos, no logro escapar y no sé ni dónde ni cómo esconderme, sin hacerme más daño.

Y, ¿cuál es el premio? Es que no hay premio, no existe. No soy estúpida y sé perfectamente que todo cuanto hago es efímero. El premio es sentir esa extraña felicidad, esa emoción cuando ves un "cierto" número en la báscula, y ya. El premio es cuando logras entrar en "esos" vaqueros, o en "esa" talla X. Y esa sensación de felicidad, casi de éxtasis, dura lo que sabemos que dura: segundos, quizás minutos. Porque sabemos que luego, más tarde, aunque hayamos visto "esa" cifra amada en la báscula, cuando nos miremos al espejo no nos sentiremos satisfechas. Porque sabemos que, aunque lleguemos literalmente a dar saltos de alegría al ver que al fin "esos" pantalones de la talla X nos han entrado (y nos han entrado sin vaselina), sabemos que luego vamos a vacilar mil millones de veces antes de usarlos, porque, a la hora de la verdad, pensamos... "sí, me han entrado, pero... es que la verdad se me salen los michelines que todavía me quedan"; así que no, no te los pones con una camiseta ceñida, porque todavía hay que disimular esos michelines que faltan por eliminar y, 10, 15 ó 20 kilos menos después, seguimos viendo ahí, implacables, a esos malditos michelines abrazando nuestro contorno.

Llevo al menos 23 años de mi vida luchando contra esto (sola, siempre sola), pero siempre he sido consciente de que así nadie puede ni podrá ser feliz de verdad, en ningún área de la vida. A veces me siento tan falsa, sobretodo cuando estoy contenta y me siento motivada. Días después me recuerdo, o me leo, y me río de mi misma: "¡Ahí va la vieja!, mírala qué hipócrita: el jueves hizo cardio y se sintió feliz, jajaja, y la pobre pensó que así se verá como quiere verse..." Cuando sé, en el fondo, que jamás me veré como me quiero ver, porque cuando me miro, no me veo a mi, sino aquello que no soy y todo lo que no quiero ser.

Y tengo mis días buenos, pero no avanzo hacia ninguna parte. Sigo en el mismo lugar, día tras día, hasta que vuelven los días malos. Y simplemente quiero, ya no esa utopía de "ser feliz", sino que sencillamente quiero estar tranquila. En paz conmigo misma. Y no sé cómo cojones hacerlo. Si yo pudiera dejarme en paz a mi misma, sin presiones, sin exigencias, sin críticas ácidas... Es que no quiero ser una vieja de 60 años que va por la vida amargada, haciendo el ridículo porque va llorando por los rincones porque ya es vieja. Y, a veces, siento que a mis 37 años es exactamente lo que estoy haciendo: voy de ridícula por la vida, llorando porque ya no tengo 26 años... Tengo que parar, tengo que salir de esto.

Pero no lo consigo.


****

Esto es algo que había escrito esta mañana, acerca de cómo me siento. Y después he leído lo que me ha escrito Blueye. Una criatura de 20 años me acaba de abofetear en el alma. Todavía estoy procesando lo mucho que me dijo en tan pocas palabras.

Gracias, Blueye, por esa hostia tan bien dada. Es la mejor que me han dado en toda mi vida, te lo prometo.

Necesito pensar.


Raro, raro, raro...




Así ha sido mi día de hoy: raro, rarísimo. Ni bueno ni malo; R A R O.


Me he levantado con buen ánimo; he ido a caminar más de una hora (he estrenado mi chisme nuevo, el cuentapasos ese que me compré la otra vez), y al volver he estado haciendo como una hora mi rutina de pesas. Luego un duchazo fresquito, me he ido a por los niños al colegio, les he alimentado como buena madre que soy y me he sentado a tomar yo un café y un yogurt como mi comida, frente al pc. Nunca como en la mesa, como de pie, y sóla preferiblemente. Ya "éstos" (los hombres de la casa, vamos), están acostumbrados; siempre tengo alguna excusa y ya de hecho se sorprenden cuando me ven haciéndome un hueco para sentarme con ellos... "ah, pero es que hoy vas a comer con nosotros?".


Todo bien, ajá, hasta que los niños me preguntan ávidamente si voy a bajarme con ellos por la tarde a la piscina. Y es que en nuestra comunidad de vecinos aún no la han abierto porque no hay socorrista contratado todavía, pero desde este finde que ha hecho tantísimo calor, pues los vecinos más intrépidos se han ido "colando" (saltando la verja). Yo, el domingo como ya sabéis, fui una más de las ilegales bañistas... Entonces, la cuestión es que como la piscina no tiene socorrista, pues yo no dejo bajar a mis hijos si no estamos mi súbdito o yo presentes; aunque no son pequeños y aunque los dos sepan nadar (bueno, el nano sigue escayolado así que nadar, no puede), y como pues cualquier cosa puede pasar, nunca se sabe, así que sin un adulto que se haga responsable, no bajan. Y claro, con este calor de la hostia, pues ellos quieren bajar y me preguntan si les acompañaba... Y les digo que si, que claro, que yo así aprovecho y me tuesto al sol.


JA.


Hasta ahí, bien, ¿verdad? Pero entonces, a mí no se me ocurre hacer otra cosa que irme a "probar" mis 367 bikinis, los que por supuesto ya me he probado 897 veces (más o menos hasta ahora). Y entonces empezaba la conocida retahíla: "este me aplasta las tetas, este me queda grande, este me queda horroso..." y así, hasta que me puse uno que "podía" dar la talla esa tarde. Sin embargo, en un intento por superarme a mi misma, en esta ocasión, fui a más: me los ponía y me tumbaba en el suelo, frente al espejo enoooooorme de mi habitación, y adoptaba todas las posturas imaginables que se supone adoptaría estando en la piscina tomando el sol: date la vuelta, agáchate, levántate, acuéstate, ahora haz esto, ahora haz aquello...


JA.


¿Resultado? Me he ido corriendo al baño, me he sentado en el wc (con la tapa puesta, coño) y, con la cara entre mis manos, me he puesto a llorar como si se me hubiera muerto mi primer pez o mi primera tortuga o mi primer hámster. No lloraba de rabia; lloraba de puro dolor, porque al hacer las figuritas en el suelo, frente a aquel enorme espejo, ví "cosas" que no había visto antes. O, al menos, ciertas "cosas" que no había detectado HASTA HOY. Y en ese estado me ha encontrado mi súbdito cuando ha regresado del curro: sentada en el wc (con la tapa puesta, joder), y llorando como una niña pequeña...


Por supuesto que no he comido (la sóla idea de comer me produce arcadas del asco que sentí con lo que ví esta tarde), y por supuesto que me bajé a la piscina. Pero hoy hice de "mujer estatua": me quité el vestido ya sentada en la toalla, tomé el sol en las posturas que ya había practicado previamente y, pese a que me estaba cocinando viva (me imaginaba a mi hígado amorcillado), no fui capaz de levantar el culo sino para darme la vuelta como una salchicha humana, con todo el cuidado del mundo de no hacer bailar excesivamente la gelatina que es toda mi anatomía. Cuando ya no aguantaba ni un segundo más, lentamente y con estudiado cuidado otra vez, desde la posición de "sentada" me volví a enfundar el vestidín y así, colorín colorado, es la historia de cómo tomar el sol sin ser vista de pie nunca jamás.


Al final de la tarde mi día mejoró considerablemente, ya que me subí, me duché y me fui andando a casa de una amiga a tomar un café, enfundada en unos vaqueros blancos y una camiseta de cuello halter que deja toda la espalda al aire, y es cortita así que iba exhibiendo mi vientre plano y mi piercing alegremente, ya que es lo único por ahora que puedo exhibir: mi espalda marcada y mi puto vientre. Total, que hemos pasado tres horas riéndonos de nosotras mismas, comparando michelines, midiéndonos los niveles celulitosos; ella muerta de la envidia porque tengo el vientre plano y duro, yo muerta de la envidia porque ya quisiera tener sus tetas... En fin. Ha sido un rato de desahogo, con alguien que siente más o menos de la misma manera que tú, pero en clave de humor. Nos hemos reído tanto que estoy cansada y todo, jejeje. Pero ha sido bastante curativo, la verdad.


Comienzo a estar ligeramente morena y eso me mola. Pero no sé cuánto tiempo pasará hasta que supere lo que he visto/descubierto en mi cuerpecito, con horror, esta tarde. Os explico muy brevemente: yo siempre me he sentido ultra orgullosa de mis piernas; son lo más bonito que tengo. Bueno, ERA. Ya no tengo ni eso... Son largas, son delgadas, y bueno, tenía la puta celulitis en el culo y esa que baja un pelín debajo del culo, pero nada más. Pero jamás, en la vida (excepto ahora que estuve gorda por primera vez en mi vida) he dejado yo de llevar microfaldas, shorts o similares; ninguna de mis faldas mide más de... ¿40 cms? Bueno, tengo alguna larga, vamos; pero me entendéis lo que quiero decir, ¿no? Pues eso. Y resulta que ahora, esta tarde mismamente, he visto algo horrible. Hubo un momento en el que, en determinada postura, me ví una serie de huequecillos pequeños, pero en gran cantidad (quiero decir celulitis), en la zona que está justo por encima de la rodilla, de lado y hacia la parte de atrás de las piernas.


Yo JAMAS en toda la vida, NI ESTANDO OBESA, había visto eso nunca (y sí, yo soy de las que se mira en las posturas más raras, sí). JAMAS, hasta hoy. Me he venido abajo y me he desmoralizado, porque estaba calculando esta semana pa' coger moreno y este finde al fin sacar del armario los millones de shorts y faldas que tengo. Y no va a poder ser, porque así no salgo a la calle ni que me paguen por ello (bueno, dependiendo de la cantidad de que hablemos, lo mismo sí, pero ese es otro asunto).


Yo sé porqué me está sucediendo eso, y sé cómo se vá a quitar. Si no, no sé de qué hubiera sido capaz hoy (no exagero). Lo que no tengo ni idea es de cuánto tiempo me tome remediarlo... A ver, es muy simple: debajo de la piel está la grasa, y por debajo de ésta, el músculo. Mis músculos se están atrofiando (están creciendo) por las pesas y empujan (por así decirlo), la grasa contra la piel, y ¡zas!, efecto mariposa. No, no, efecto piel naranjosa, mejor dicho. Se quita bajando un poco más de peso con una dieta cero grasas y cero carbos, y haciendo mucho cardio, porque la grasa localizada no se quema de forma localizada, sino general.


Desde hoy , tengo una nueva meta (pero no se lo digáis a nadie): 55 kilos. Cambio las pesas a dos veces por semana, y el cardio a todos los días. No sé cuándo volveré a comer normal. Si con todo esto no se desaparecen los huecos malditos, pues me desaparezco yo.

Ya os iré contando. ojalá suceda lo primero.





Problema del día Nº 1:

Joder, ¡qué dolor de vientre!
Pues dos ibuprofenos y listo.


Problema del día Nº 2:

Joder, ¡qué asco de sangrado!
Pues un tampax supermegaplus y listo.


Problema del día Nº 3:

Joder, ¡tendré que comer aunque sea un algo!
Pues un yogurt vitalínea de fresa y listo.


Problema del día Nº 4:

Joder, ¡qué calor hace!
Pues enfundarse un bikini, bajarse a la pisci, cerrar los ojos, inspirar fuerte y lanzarse sin pensar al agua helada y listo.



De haberlo pensado dos veces, no lo habría hecho... ¡Me alegro de tener las neuronas dormidas!

Luego, secarse al tímido sol que hoy asomaba entre los nubarrones.

Mañana, más. Mañana empieza la lucha por volverme morena en una semana.

¡Qué calor!


Hace un calor de mil demonios, y yo estoy aquí encerrada escuchando a los niños chapotear en la piscina. Por momentos, me invade el deseo de sumergirme en el agua fría y después dejar secar mi cuerpo al sol. Adoro tomar el sol; soy de esas mujeres lagarto que se pueden pasar horas y horas con los cascos puestos, simplemente dejando que se me tueste la piel. Cuando mejor me siento conmigo misma es cuando estoy morena; te disimula casi cualquier cosa, desde las ojeras hasta la celulitis... Me hace sentir sexy. Pero ahora mismo estoy blanco cadáver, y la sóla idea de bajarme así me repugna; por esta razón me he comprado -como todos los años- mis cremas autobronceadoras. Así, sólo sufro tres días en los que me siento muy avergonzada de mi blancura y ya, porque me doro muy muy rápido -menos mal-.

¿Y porqué no me unto en mis cremas y me bajo un rato? Pues porque además de avergonzarme de mi blanco cadáver, porque no me atrevo a exhibirme en bikini todavía, la verdad. Me muero de la vergüenza. Y, además, porque tengo la regla bajando de lleno y me encuentro mareada y con mucho dolor; así la puedo pasar muy mal, porque se me baja la tensión con la regla y con el calor, es peor.

Así que aquí estoy, aburridísima, encontrándome fatal, sin comer siquiera del calor que tengo y por el malestar en general, y observando y escuchando a los niños jugar en la piscina. Me dá una penita mi pobre mi nano, joder; le hemos envuelto la escayola en film transparente -por las salpicaduras de agua- y ahí está, con los demás, metiendo las piernas hasta las rodillas en la piscina, riendo y disfrutando pese a su limitación. Mi nano es un pescaíto, adora nadar... Tendría que estar pasándolo fatal, aunque realmente no lo parece: más bien parece estar disfrutando el rato, la verdad. Los observo asomada desde la ventana, muerta de la envidia: tan despreocupados, tan libres, tan felices. A veces, quisiera poder hacer click y sentirme como un niño; los niños viven intensamente. Yo quiero vivir y sentir con esa intensidad, sin que importe nada más sino lo que estoy disfrutando en un instante dado.

Voy a darme un paseo por vuestros blogs, a escuchar música un rato y, quien sabe; lo mismo me animo a darme un baño -en la bañera-, a exfoliarme cuidadosamente y a untarme con mis cremitas autobronceadoras. Quizás así me sienta mejor y mañana, tal vez, me atreva a bajar un rato a la pisci -si me encuentro mejor de la regla- y tomar el sol un par de horas...



Necesitaría saber en qué farmacia venden (y en qué parte del mundo está esa farmacia, evidentemente), para comprar un lote de cada pastillita de esas... Para esos días grises, o mejor dicho negros, como el miércoles.

Tengo que agradeceros a todas las que me habéis comentado y animado; agradeceros el interés, vuestro tiempo, vuestras palabras. No tiene precio poder escribir las cosas tal y como las sientes, y saber que siempre habrá alguien al otro lado de la pantalla que te va a entender, porque ha sentido eso mismo que sientes tú... Y ya no te sientes tan "rara", y te das cuenta de que no estás sola ni te pasa nada malo, y que hay más personas que se sienten -a veces- como tú. Sobretodo es un alivio poder drenar esa porquería que se te acumula dentro, que no podrías contar con esa sinceridad a nadie, porque nadie te entendería realmente. Así que, a todas mis princesas...


Ayer fue un buen día, en general. Amanecí más tranquila y decidida a recuperar el ánimo, así que al poco de levantarme decidí hacer mi rutina de pesas y ejercicios para salir de eso cuanto antes (luego por la tarde siempre dá más pereza). Os aclaro que no voy al gym (todavía me siento incapaz de ir a uno, por pura vergüenza), así que entreno en casa. Hace muchos años comencé a practicar el fitness (o culturismo, levantamiento de pesas, o como lo queráis llamar) y aprendí la técnica, así como los ejercicios específicos y también aprendí a desarrollar mis propias rutinas personalizadas. Como siempre, lo practico durante una temporada, lo dejo, lo vuelvo a retomar... y así. Hoy en día lo he retomado hace unos meses, y por no ir al gym me he ido comprando poco a poco parte del material necesario para en principio hacer una rutina sencillita pero completa en casa, como mancuernas a las que les puedo graduar el peso desde 2 a 12 kilos, guantes, una tabla de fitness graduable en inclinación... Ya estoy llegando al punto en el que para ciertos ejercicios ya estoy llegando al máximo de kilos que puedo meterle a las pesas y necesito más peso; así que me estoy planteando en vez de seguir comprando más y más discos, ir a un gym que tengo a 5 minutos de casa, que tiene una sala de fitness ideal. Como la cosa no está para gastos ahora... menos me cuesta pagar el gym que seguir comprando material, la verdad.

Aclaro esto porque, cuando digo que me he "machacado", es porque literalmente me he sacado la mierda levantando pesas, jajajaja, no porque haga horas y horas y horas de ejercicios, eso jamás. El sobreentrenamiento conlleva muchos riesgos y por ahí no paso yo. Luego, además de levantar peso, también hago abdominales y otros ejercicios específicos, pero ya me van haciendo falta las máquinas con peso, porque ya estoy en el punto en el que necesito algo más.

Así que ayer me saqué la mierda con mis pesas (jajajaja) y mis ejercicios, y ya eso es una inyección de endorfinas buenísima para mi. Comí muy poco, pero bien (bueno, eso dice una, que comes bien, cuando sabemos que no es así, pero nos entendemos, creo); y por la tarde he salido a pasear, a tomar una clarita con limón y por la noche, estuve en el Hipódromo viendo correr dos caballos de una amiga nuestra. Ha estado diver; ha sido algo diferente e interesante, pese a que por supuesto, apostamos y perdimos, como era de suponer, jajajajaja. Me porté como una campeona y no cené nada; mientras me paseaban las hamburguesas y los bocatas con salchichón por delante de las narices, dije "no, gracias, no tengo hambre" y me he quedado tan pancha con mi clarita con limón. Me importan tres mierdas lo que piensen los demás (que si no como, que si estoy anoréxica, que si esto, que si aquello). Estoy bastante grandecita como para tener que comer para que la gente no diga nada de mi; total, si comes es porque comes y si no comes, es porque no comes. Así que, a tomar por culo la gente y sus pensamientos. Yo no como comida basura y punto; lo mío es una ensalada, y si no me puedes ofrecer algo sano y natural, pues la respuesta es "no, gracias". A ver cómo hace la gente diabética, o que tiene el colesterol alto, o que es vegetariana? No se cortan ni un pelo en decirte claramente que no pueden comerse un trozo de tarta, una salchicha o un churrasco: porque simplemente no pueden, y los demás lo tienen que respetar y punto. Pues conmigo lo mismo; yo estoy a dieta para perder peso y aunque a ti te parezca que estoy delgada y que debería de comer lo que sea, pues yo te exijo que me respetes mi dieta y punto, porque lo que no creo yo que tenga que estar es justificándome y explicándote que me faltan dos kilos, quinientos gramos o lo que sea: así que resulta que yo ahora soy una persona nueva, que se cuida y que come sano y disfruta comiendo sano; si no me apetece comerme una hamburguesa porque sé que me va a sentar mal, pues no me la como, joder. Cómetela tú, si te apetece; que a mi, el día que me apetezca una, me la comeré, por supuesto. Así que... ¡¡¡dejarme un poquito en paz!!!

Luego, esta mañana, me ha visto mi súbdito tumbada aún en la cama -sólo en bragas-, y va y me suelta: "oye... ¿tú estás como muy flaquita ya, no? es más, me parece a mi que deberías coger unos kilitos y todo..." Buenooooo, el grito que yo he pegado ha sido sublime, chicas!!!



¡¡¡¿¿¿QUE QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE???!!!

¡¡¡Pero qué me estás contando, so cabronazo???? Envidioso de mierda, ¡¡¡tú con esa tripa que no puedes ni atarte los zapatos!!! (mentira, no he dicho eso, pero sí lo he pensado, aunque sí que se puede atar los zapatos, jajajajajajajajaja). Vamos, que le he dicho de todo: que cómo se le ocurre ofenderme de esa manera, con el trabajo y el esfuerzo que me ha costado lograr tener mi cuerpecito como lo tengo ahora, que al fin se me empiezan a ver mis musculitos definidos y trabajados precisamente porque me estoy quitando la grasa de encima, que todavía tengo que quitarme como dos kilos de grasa, blablabla... Y me pregunta que cuánto peso. Le digo que estoy por los 61 kilos (eso peso, 61.5 esta mañana, pero me está bajando la regla y tengo los músculos congestionados por las pesas, así que yo sé que peso mucho menos, pero eso no se lo he dicho). Va y me dice que eso es muy poco, que yo soy muy alta (ya quisiera yo) y que debería de pesar como 65 kilos o así. Me he vuelto a poner histérica, le he dicho que podrá ser muy médico pero que de esas cosas no tenía ni idea, que yo si, que no estaba loca, que sabía lo que hacía y que me dejara en paz. Me ha preguntado también que cuánto quería yo pesar al final, le he dicho que 58 kilos y me ha dicho que estaba loca, que eso era muy poco para mi. Pues le dije que si con 60 kilos me quiere follar cada vez que me le cruzo por delante, cuando tenga dos kilos menos de grasa y esté aún mejor que ahora, me iré a tener que poner un candado en el chumi, supongo. Qué mosqueo me cogí. ¡Hombres, putos seres incomprensibles! Durante meses no te dicen nada, y de pronto, un día, así porque te miraron de otra manera, van y se dan cuenta de que estás -según ellos-, como muy flaquita... Ains. Paciencia, Dios mío, dame paciencia con este súbdito mío...

Bueno. Pues como veréis ya tengo mis ánimos locos de siempre. Hoy, además, pese a que nos acostamos tardísimo, me he ido a nadar otra vez. Estoy muy contenta porque voy mejorando las brazadas que es lo que más me cuesta, y cada vez se me hace más y más fácil: es que no me canso de nadar, chicas. Es genial. Eso sí, después de llegar a casa, comer algo ligerito... como que te viene el bajón, el cansancio, así todo de golpe, igualito como cuando te has pasado la tarde en la piscina tomando el sol y tal. Así que me pasaré ahora como una niña buena por vuestros blogs a ver qué novedades tenéis y me recostaré luego un ratito a recuperar fuerzas para poder más tarde hacer cositas en casa, como buena ama de casa que soy, jijiji.

Nuevamente, muchas pero que muchas gracias a todas, chicas. Cada una es ya parte especial de mi vida y siempre, siempre os recuerdo y me pregunto cómo estaréis. Es muy agradable tener manos amigas, aunque estén en la distancia; porque de alguna manera, esa distancia queda salvada cuando sabes que alguien se preocupa por ti....

¡gracias, gracias, gracias!




Bajonazo



Hoy estoy de bajón. Todo bien hasta que ví mi peso de hoy, un kilo y medio más. No tengo ni idea del porqué. Apenas he comido, me he matado a hacer ejercicio. Además, he pasado la tarde entera mirándome el culo desde todos los ángulos posibles (sí, hoy tenía fijación con eso) y odiándolo. Tengo el culo más asquerosamente horrible y vergonzoso del mundo entero.

Tengo rabia. Ya soy vieja, jamás podré llegar a donde quiero. Siento en este momento que aparte de levantarme el ánimo con el deporte, nada más voy a lograr. Nada. Ser flaca, vieja y flaca. Vieja, flaca y amargada. Vieja, flaca, amargada y jodidamente loca.

He limpiado la casa. Ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que limpié, y ahora me duelen y me arden las manos. Tengo todo muy descuidado, es como si hubiera perdido el control y el desorden me deprime y me desorienta y me desespera. Siento que no soy capaz de hacer nada bien. Al menos el salón está de lujo. Y la cocina. Ja. A ver cuánto dura.

Hoy dije que comenzaría a fumar menos. Mentira. Ya voy igual que siempre por el segundo paquete. A veces me pregunto si algo merece la pena. Igual ya me está consumiendo un cáncer y yo ni lo sé.

Hoy es un día malo, gris. Me voy a hundir en la bañera. Luego me voy a acostar a ver si el día se termina de una puta vez. Me he dado un golpe con la puerta del lavavajillas que estaba abierta, en el tobillo. Con tan mala suerte que me he dado en el tendón, se me ha inflamado y me duele muchísmo. Llevo atada una bolsa de gel frío a ver si se me desinflama. Como veréis, todo va mal.

Quiero dormir, no sentir, no pensar.

A-GO-TA-DA



Así tal cual me he levantado esta mañana. Menuda paliza que me dí ayer por la tarde haciendo bici, luego levantando pesas, luego abdominales, piernas... Ufff. Con todo el ejercicio que hice, apenas comí -ayer-, pero esta mañana he pesado medio kilo más... ¿? Me dá igual, joder; ya estoy HARTA de estar agobiándome con las variaciones diarias. Sé que eso me pasa por pesarme todos los días, pero por ahora no puedo dejar de hacerlo. Lo que sí puedo dejar es de preocuparme por marcar unos gramos más que el día anterior, sobretodo si estoy haciendo mi dieta estricta y ejercitándome.

Con todo y lo rota que estaba esta mañana, me levanté y me preparé para ir a nadar. He nadado un montón, y de paso he practicado algunos ejercicios para piernas con la tabla, que me he ido a comprar antes de ir a polideportivo. De paso, y ya que estaba en Decathlón, me compré también un podómetro; yo es que no tengo remedio!!! Pero me parece que por 10 euros que me costó el aparatito, está bastante interesante: te dice la hora, la fecha, te cuenta los pasos, te mide la distancia recorrida y las calorías quemadas, según tu peso; es decir, que lo configuras para ti. Mañana saldré a caminar/correr y lo probaré; ya os contaré que tal. Estoy tan emocionada con la compra (yo es que soy una niña chica para estas cosas), que si no estuviera tan adolorida como estoy ahora mismo, saldría ¡ya! a probarlo, jajajaja!!!

Bueno. De verdad que me duelen hasta las pestañas. Me duelen cosas que no sabía que tenía en mi cuerpo, jajajajajaja. Pero me siento bien; es un agotamiento muy satisfactorio, la verdad... O será que soy un poco masoca, igual es eso!

Hoy toca manicura y pedicura; me dá un fastidio tremendo, por lo cansada que estoy, que hasta eso me parece un mundo... Por otra parte, llevo la cabeza llena de extensiones, y estoy un poco harta ya de ellas. Llevo seis meses y la verdad que me empieza a apetecer quitármelas, aunque me gustan mucho. No sé qué hacer... ¿Porqué tendré que ser taaaan indecisa?

En fin. Os dejo por hoy. Me voy a tumbar un rato y a escuchar algo relajante: he descubierto la música de Jo Blankenburg, gracias a un vídeo que puso Alice en su blog el otro día. Me puse a buscar y he encontrado un montón de temas de este pianista y me los he bajado; es que es algo tan, tan, tan hermoso... Os invito a que lo escuchéis. ¡Es un verdadero deleite para los oídos!

Muchos besitos agotados!♥

Working Out




Peso de hoy: ¡60.5 kg! Casi me dá un chungo de la emoción, ¡¡¡os lo prometo!!! Qué subidón tengo, ¡¡¡estoy más contenta!!! Al fin, después de 21 semanas de sufrimiento, sudor y lágrimas, de pasar hambre, de sentirte culpable, de sentir que no llegas a donde quieres a la velocidad que quieres... ¡Al fin!, estoy a simples 2 kilos de mi meta final (y espero que definitiva). No quiero parecer un saco de huesos... principalmente porque no me gusta la extrema delgadez, por una parte, y por la otra porque ya a mis años creo que voy a parecer más vieja si me paso de la raya.

Comienzo a sentirme ligeramente mejor conmigo misma; al menos estoy muy animada, sí que se puede, y el reto ahora será encontrar un punto de equilibrio para mantenerme. Esto me causa mucha ansiedad; evidentemente, no se puede volver a comer como antes. Está claro que (hablo de mi, pero supongo que esto es aplicable a muchas más chicas), si vuelvo a comer como antes, terminaré como antes: con sobrepeso. Está claro que la idea es cambiar el chip y lograr adaptar un estilo de vida sano, saludable, que te permita disfrutar sin restricciones pero pudiendo permitirte tus caprichos eventualmente; a la par que hacer del ejercicio un pilar fundamental de la rutina diaria.

¿Lo conseguiré? No lo sé. Supongo que es cuestión de tiempo, de ver los resultados a largo plazo; uno de los motivos de abrir un blog, ha sido precisamente poder llevar un diario y poder ver a largo plazo qué me ha funcionado y qué no; además de poder ver, de cara al futuro, si logro mantenerme o no. Me arrepiento muy sinceramente el no haberlo hecho antes, de verdad. He ido cambiando tanto de mentalidad en estos últimos 6 meses, que ya me gustaría haberlo podido plasmar... En fin, es lo que hay.

Os voy a dejar dos vídeos que están estupendos como rutina de ejercicios; uno va destinado por entero a los abdominales y el otro, es para los glúteos. Si os gusta, podéis buscar en youtube todos los que hay, que hay muchos, y si lo preferís, tb podéis bajaros el vídeo completo (se llama "Shape your Body", y es de Cindy Crawford). El ejercicio que hace esta chica con la silla para los glúteos, es simplemente increíble. ¡¡¡No os hacéis una idea de lo bueno y efectivo que es!!! Recordad, eso sí, algo muy importante: no debéis pasaros nunca con el ejercicio. Hacedlo 3 veces por semana, que es lo ideal para dejar descansar y recuperarse a los músculos; poca gente toma en cuenta este pequeño -pero importantísimo- detalle, que puede hacer que tu rutina funcione de verdad o sea un desastre. En los días intermedios, así como durante los fines de semana, podéis hacer alguna actividad de tipo aeróbica pero nunca de alto impacto, como: caminatas, paseos en bici, subir escaleras... Hay miles de cosas ,que nos hagan movernos, pero no extenuarnos. Nunca nadie debería de hacer más de 90 minutos seguidos de ejercicio cardiovascular intenso; quizás otro día os explico el porqué; pero por hoy, sólo deciros que es muy contraproducente y, encima, no os ayudará para nada: es una pérdida de tiempo y de energía inútil y peligrosa.

Glúteos (si no lo ves, pincha aquí y aquí)







Abdominales (si no lo ves, pincha aquí)




Pues nada; yo me voy a entrenar ahora mismo, que estoy muy animada, aunque el tiempo que hace hoy no me ayuda mucho; me dan mucha pereza y sueño los días nublados, fríos y lluviosos como hoy. Pero no puedo dejarme vencer, y me voy a poner mis cascos y ¡¡¡a mover ese culo!!! (nunca mejor dicho, jijiji!).



Muchos besos, princesitas mías!♥




P.D.: Agradezco muy mucho a todas las que os habéis animado a opinar sobre mi look "legginero". Espero aprender a verme con vuestros ojos, como le decía a vivodelaire...

Los famosos leggins



Bueno. Me atrevo y os muestro mis nuevos leggins. No había sido capaz de probármelos desde que los compré, hasta hoy, -(suspiro)-. Me quedan, y me quedan bien de tallaje (no aprietan). Es decir, que ya entro en una 38, pero yo me veo gordísima todavía. Me dan muchas ganas de llorar, porque el look me encanta, pero creo que debería estar todavía más delgada para ponérmelos. Me parece que si saliese con esas pintas a la calle, la gente pensaría algo así como... "¡dios mío, pobre loca!; ¿cómo se le ocurre ponerse eso con lo gorda que está?". Y ahora, lo difícil: ¿qué opináis vosotras, mis niñas? Como no nos conocemos, y escudándonos en el más absoluto anonimato, no tenéis que fingir ni mentirme; simplemente, dadme vuestra opinión sincera, si queréis. Lo apreciaré mucho, así que... ¡opinad, porfipliiiiiis!

Hoy creo que mi báscula está loca. Me parece que le toca cambio de pilas. Al levantarme he pesado 62,6 kg. y casi me dá un chungo. A mediodía, me pesé nuevamente y marcó 60,1 kg. Me volví a subir, y esa vez marcó 59,8 kg. Me vuelvo a subir, totalmente de los nervios, y me dice 59,1 kg. Vamos, ¡que cada vez que me subía pesaba menos!. Entonces, mosqueadísima, me fui a pesar con la Wii Fit; me dijo que peso 61,5 kg. ¿? Entonces, volví a pesarme en la báscula normal y marcaba... ¡¡¡62,4 kg!!! Grrrr. ¡No entiendo nada! Estoy muy, muy mosquedada porque AHORA NO SÉ CUÁNTO PESO. Eso me descontrola muy mucho, porque soy muy obsesiva con el tema. Dios mío, necesito saber cuánto peso!!!! Hoy, en todo el día no he comido sino un trocito de sandía y un café, hasta ahora. No me atrevo a comer. ¿Véis, cómo me descontrola el no poder pesarme? Esto es ho-rri-ble. Parezco una cría, sinceramente.

Por cierto... tengo agujetas, niñas. ¿Sabéis dónde? Pues en... ¡los glúteos! Me duelen horrores; cada vez que me levanto, camino o hago cualquier cosa, ahí está: es el dolor más placentero del mundo. Significa que se están tonificando, que estoy trabajando bien en la piscina. Así que, desde aquí os animo a todas: ¡a nadar se ha dicho! En dos veces que he ido, ¡no veáis cómo se nota!

¡Nada que lamentar!



Hoy, una entrada cortita: ha sido un día muy normalito. Esta mañana no ha habido mayor desastre después del codillo de ayer... He pesado 62,2 kg (¡sólo 100 gr más que ayer!); supongo que quemé todas esas inmundas calorías con toda la actividad que tuve. Y esta mañana he salido a caminar, a paso rápido (7-8 km/h) e hice unos 5 km, que me saben a poco; pero bueno, algo es algo, ¿no? Por cierto; me he pasado la tarde entera (es lo malo de no tener nada más importante que hacer) jugando con el blog; he conseguido un montón de códigos y de gadgets y, en fin; que me he entretenido como una enana poniendo adornitos, jijiji. Y, además, he puesto en la cabecera izquierda del blog una lista de calculadoras que están muy, muy bien. Yo las uso constantemente, y quería compartirlas con vosotras. ¡Espero que os sirvan a todas!


♥ ¡Eso es todo por hoy! ♥


500 mt.


Buenooo! Hoy he nadado 500 mt, y cada vez me gusta más!!! Si sigo así, en nada seré toda una campeona, jajajajaja!!! Bueno; la verdad es que me conformo con hacerlo cada vez mejor, y no tragar tanta agua, jejeje. Pero es muy, muy divertido y terminas super cansada. Así que seguro que quemas muchas calorías y eso es lo importante!

Esta mañana pesé 100 gr. menos; esta semana he bajado todos los días 100 gr., jajaja, me resulta curioso, eh? Y bueno, como hoy ví que eran 62,1 kg, y encima no sé, me sentía muy energética (¿será la natación?) y estaba muy animada, pues me apeteció mucho comer algo rico, rico y me dió un arrebato de locura, de ganas de hacer algo diferente y completamente fuera de lo normal, y le dije muy decidida a mi súbdito: "vámonos a pasear y a comer algo por ahí", y terminamos en...



¡Toledo, sí señor! A mi me fascina Toledo, tiene algo mágico que me atrae mucho, y hacia allí que enfilamos, luego de buscar a los demonios al cole (ya tienen horario de verano y salen más pronto). Me tocó conducir de ida, casi 100 km, pero se hacen bien y rápido (¿conducir quemará calorías?). Luego estuvimos comiendo en una taberna... UNA TABERNAAAAA.... ¡Madre mía, qué taberna! ¡¡¡DIOS, QUÉ BUENO ESTABA TODO!!! Después de la comilona (bueno, yo comí un poco de todo pero sin pasarme, más que nada porque normalmente no como casi nada, y no quería ponerme mala), nos dimos un paseo andando de más de dos horas por todo el casco antiguo, haciendo fotos, y en fin. ¿Lo mejor? No haber sentido ningún remordimiento por lo que comí; es más, disfruté cada bocado. Quizás sentía en el fondo que me lo podía permitir, primero porque ya he bajado muchos kilos (16 kilos), luego por todo el ejercicio que hice nadando por la mañana, y además después de comer nos pegamos esa super caminata, así que... Remordimientos no; pero laxantes... ejem... Es que... no puedo evitarlo, en serio. Me tranquiliza tomarlos, si bien sé perfectamente que no van a impedir que la comida sea digerida... Apenas entré por la puerta de casa, me ví tomando un litro de agua con mis respectivos laxantes... Ains.

Mañana será un nuevo día, y mi propósito es caminar rápido una hora (no puedo hacer footing, no tengo resistencia ninguna; será de tanto que fumo...) y por la tarde voy a hacer una hora de bici estática y de step. Supongo que de esa manera compensaré las calorías de hoy, que calculo rondarán por las 1000. (¡¡¡oh, dios mío!!!). Mañana viviré de un yogurt de esos vitalínea de fresa y dos cafés, jajajajaja. O a lo mejor me hago un pseudoayuno de sólo sandía hasta el lunes... Ya veré.

He dicho yo antes que no tenía remordimientos, ¿no? Y, entonces... ¿esto qué es? No tengo remedio...




P.D.: Para las que me habéis preguntado: mi esplada va mucho, pero mucho mejor y el nano sigue con la escayola, pero está fenomenal. :)

7 Sueños...



La princesa Isthar, de "A pesar de todo, sé que debo vivir conmigo", me ha nominado a un meme, en el que debo compartir 7 sueños que desearía alcanzar.

Me ha costado mucho escoger sólo 7, y pensar (egoístamente) sólo en aquellos sueños que son sólo para mi. Eso sí; soy completamente incapaz de ponerlos en orden de importancia, la verdad.

Aquí van:


1* Tener un perro. Adoro a los perros y desde que tenía 14 años, siempre he convivido con ellos. Llevo, por cuestiones de la vida, poco más de 5 años sin tener uno. Mi último bebé fue un pastor ovejero (bobtail) al que adoraba y que, con el dolor más desgarrador que pude sentir, tuve que dar en adopción. Y siempre he querido tener un labrador, así que espero que cuando pueda tener un perrete de nuevo, pueda ser un hermoso labrador.


2* Una casa con jardín. He vivido tanto en pisos como en casa, y la verdad es que no hay nada como una casa pegada del suelo, con tu jardincito, tu piscinita, tu intimidad. Me gustaría que tuviese un sótano grande, para que allí mi súbdito pueda hacerse su estudio (es músico) y además, también un espacio para poder hacer un lugar especial para las reuniones con los amigos, tipo pub. Me gustaría que tuviese un ático donde yo poder tener mi espacio personal, mi rinconcito mágico con mi ordenador, mis cosas de costura, mis cosas de fotografía, mis cosas de bisutería, mis cosas de fitness. Me gustaría tener una habitación enooorme, con vestidor; sobretodo para que me quepa mi colección zapatil, jajajaja. Me gustaría que tuviera muchas cosas, pero sobretodo me gustaría que tuviese un jardín grande con piscina, para echar fuera a los niños a jugar, jajajaja, y para que el perrete lo disfrute tb, y mis niñas (tengo dos gatitas).


3* Tener mi coche propio. Comparto coche con mi súbdito, lo que a veces está bien, pero a veces es un coñazo. Así que, aunque realmente no lo necesito ahora mismo (si no, ya lo tendría, la verdad), me encantaría poder comprarme un Fiat 500, ya que estoy enamorada perdida de ese coche.





4* Arreglarme los pechos. Es mi sueño desde hace años: tener los pechos perfectos. No quiero nada grande ni exagerado; simplemente perfectos, es todo.





5* Eliminar las ojeras. Son mi mayor obsesión. Yo tengo las ojeras marcadas desde pequeña, pero como encima soy insomne y noctámbula, se me marcan aún más y es bastante difícil disimularlas con maquillaje. Envejecen la expresión, y afean muchísimo. Esta es una de las razones por las que muy rara vez salgo sin maquillaje. Creo que sería lo primero que cambiaría de mi, la verdad.



6* Tener a los 38 mejor cuerpo y condición física que a los 20, 25 ó 30 años. Algo así como demostrarme a mí misma que una mujer de 38 puede estar buenísima, jajajajajajajajaja. Para ello, estoy trabajando mi cuerpo desde finales de enero. En abril cumplí 37 años, así que me van quedando ¡11 meses! para lograrlo. Mi modelo de cuerpo ideal femenino es sin duda el que tienen las modelos fitness; me gustan los cuerpos trabajados (sin excesos), pero bien definidos.




7* Me gustaría poder viajar, viajar y viajar. Adoro los aviones (fui azafata de vuelo hace muchos años) y me encantaría recorrerme medio mundo. Soy más de destinos exóticos; por ejemplo, preferiría conocer Finlandia antes que la famosa Londres... Yo soy así de rara.





Bien; ahora me toca nominar a 7 princesas:


1* Mis tristes momentos

2* BLUEYE

3* Mi dulce y linda Flor

4* De obesa a princesa

5* Princesa tímida

6* Hace más el que quiere que el que puede

7* Vanidad Selecta


¡Espero que todas os divirtáis tanto como yo al hacerlo!

;;

Mi Proceso