Nota: Este post va dedicado a Anna, a quien quiero muchísimo, como respuesta a su último post (podéis leerlo aquí). He decidido responderle de esta forma, porque como siempre, mis comentarios son larguísimos... Pero esta vez, por primera vez, al parecer era taaan extenso que blogger no me dejó publicarlo sin quitar palabras!, y me pareció que valía la pena plasmarlo aquí y compartirlo no sólo con ella, sino con todas vosotras.





Mi niña preciosa:


Es muy cómodo para nosotras vivir así, atrapadas en nuestro pasado, porque así no tenemos que afrontar el presente. Y el presente se nos escapa de las manos, se convierte en pasado a su vez y... ¡vuelta a empezar! La semana que viene, o el mes que viene, o el año que viene, nos arrepentiremos de lo que no aprovechamos de hacer hoy, esta semana, este mes, este año.

Yo intento verlo así: me meto en la cabeza que tengo que hacer cosas, tengo que vivir; y tengo que hacerlo porque si no, mañana, me voy a arrepentir de no haberlo hecho. A veces me sale, a veces no me sale; pero lo importante es que lo voy intentando cada día.

Te voy a poner un ejemplo: Estuve pensando que "debería" buscar trabajo hace al menos tres meses. Pensaba que sería buena idea encontrar algo antes de que la situación en casa fuese a más. Pero pasaban los días, las semanas, y yo no movía un músculo, ni me puse en acción. Sólo pensaba, dándole vueltas a la idea de cómo lo haría y en cómo afectaría a mi vida. Pasé horas, días, semanas, pensando en qué horario tendría que trabajar para compaginarlo con el horario de los niños, cuánto tendría que ganar para que me mereciera la pena hacerlo... Es que por pensar, pensaba hasta cómo me vestiría y sufría porque no tenía nada que ponerme para salir arreglada de casa a diario, es que ni tan siquiera tenía alguna cosa que me valiese para hacer una entrevista. También pensaba que estaba muy vieja ya, que no encontraría nada que valiese la pena. Pensaba, pensaba, pensaba...

Así me estanqué por varios meses; no sé, hablamos de 3 ó 4 meses en los que estuve literalmente paralizada. Yo creía que realmente estaba haciendo algo pensando, analizando; pero la verdad era que no estaba haciendo nada y me escudaba en mil explicaciones y justificaciones que, tristemente, yo misma me creía.

Mientras yo pensaba, la situación económica, como es lógico, no hizo sino empeorar, y el sábado pasado, 31 de octubre, me dió un ataque de ansiedad tremendo. Me ví ese día a las 4 de la tarde en ropa de andar por casa, despeinada, sin bañarme, sin cepillar y con la nevera... vacía. En ese instante sentí la necesidad de decir ¡basta!, voy a ponerme en acción y voy a salir ahí fuera a buscar una solución. Pero al ser sábado por la tarde, muchas opciones no tenía yo de salir a ganarme unas pelillas a no ser que ofreciese servicios sexuales, y ¡¡¡en caso de que alguien estuviese dispuesto a pagar por tener sexo conmigo!!!! (jajajaja, es una broma que refleja mi baja autoestima, eh?).

Qué mal la pasé, Anna. Sentí un nivel de desesperación muy grande. En ese momento me dí cuenta de pronto que había estado metiendo la cabeza debajo de la almohada, para no enfrentar la realidad. En ese momento lloré con rabia al darme cuenta de que podría llevar meses trabajando, aportando una ayuda extra de dinero en casa, y de ninguna manera estaríamos en la situación en la que estamos. Pero ya estábamos jodidos, muy jodidos, y me sentí tan culpable... No supe asumir mi parte de responsabilidad cuando debí hacerlo. No me comprometí.

¿Ves? Fíjate: me arrepentí de no haber hecho nada antes, me arrepentí de haber perdido ese tiempo valioso y me sentí culpable por no haber hecho nada al respecto. Una vez más, como siempre, repitiendo los mismos patrones de conducta. Y dejando mi vida, las soluciones a los problemas y la lucha a los demás (en este caso, a mi pareja). Porque claro, yo es que como no sirvo para nada...

¿Pero sabes qué? Tú y yo tenemos en común algo muy especial; algo que no nos deja caer más bajo y nos hace reaccionar, tarde o temprano, y tomar acción: somos madres. Ya podemos hundirnos en la más absoluta mierda, pero por ellos somos capaces de transformarnos en lo que haga falta. Por ellos somos capaces de todo. Y por ellos es que (en mi caso), estoy segura de que no estoy muerta. Por ellos, y porque mi pareja jamás me ha dejado caer, todo hay que decirlo.

¿Sabes qué pasó? Pues que ese sábado hice lo que no hice en todo esos meses: me hice un currículum (estuve meses "sin saber qué poner", imagínate); me abrí una cuenta en infojobs (también llevaba meses "sin saber cómo hacerlo"), y me inscribí en TODAS las ofertas de trabajo que encontré. En ese momento me dí cuenta de que lo que había tenido todo este tiempo era MIEDO. Miedo a enfrentar el mundo ahí fuera, miedo a fracasar. Miedo, puro y duro. Y... decidí enfrentarlo.

Me inscribí a varias ofertas ese mismo sábado. El lunes siguiente, me llamaron de una de esas ofertas al final de la tarde para entrevistarme el martes por la mañana, y ese mismo día me llamaron por la tarde para comenzar a currar al día siguiente, el miércoles. No tuve ni tiempo para pensármelo, para darle vueltas, para dudar. ¡Quería, necesitaba un trabajo y lo tenía! Tampoco tuve tiempo de tener miedo. Cuando quise darme cuenta, estaba sentada en mi nuevo curro, currando. Y toda la angustia que me generaba el cómo iba a hacer con los horarios, el cole, los niños, el bus... Pues mira por dónde, la suerte que he tenido de que el curro me queda tan cerca de casa, que es en las mismas horas que los niños están en el cole y que no me exige una presencia (en cuanto al vestir) que no pueda cumplir. ¡Toma ya! Todo lo que me preocupó durante meses, y de hecho me paralizó, ¡no se había cumplido!

Y aquí estoy ahora. No sé si me echarán mañana, ni sé qué haré cuando se me acabe el contrato, que en principio es por un mes. Pero estoy enfocada en que HOY tengo curro, que MAÑANA curraré, y no pienso preocuparme por lo que sucederá o lo que haré la semana que viene. Y sólo porque la realidad objetiva es que NO TENGO MI PUTA IDEA de lo que sucederá la semana que viene, así de claro. La semana que viene, o mañana, o cuando sea que suceda ALGO, en función de lo que sea que se presente tomaré una decisión y actuaré. YO SOLUCIONARÉ entonces, y sólo entonces, cuando llegue lo que tenga que llegar y seré capaz (como ahora) de encontrar una salida.

Decidí hacerlo por ellos... Pero en el camino, haciéndolo, me encontré a mi misma y estoy comenzando lentamente a hacerlo por mi, para mi, y luego por y para ellos. Ellos han sido el estímulo que me ha permitido dar el primer paso. Queda de mi parte seguir adelante.

Nueva cara



¡Cambio de imagen!

¡¡¡Al fin he podido cambiar la plantilla sin cargarme nada!!!

Aún quiero cambiar cositas, pero ya será mañana.

:)



Pues bien... Hoy ya es viernes. ¡Al fin!, dirán muchas; pero yo no. Sí, es viernes... ¿y qué?

Yo no espero con ilusión el viernes porque me voy de fiesta. Tampoco porque llega el finde y puedo hacer cosas interesantes. No; yo me alegro porque, ¡al fin!, no tendré que levantarme a las 6 y media de la mañana... :S

¡Seis y media de la mañana! ¡Yo! Jajajajajaja. Parece mentira... Técnicamente no necesito despertarme tan pronto, pero como soy una obsesiva compulsiva, necesito controlarlo todo y el tiempo es una de esas cosas que necesito poder controlar. Tengo verdadera obsesión por contabilizar cuánto tardo haciendo absolutamente cualquier cosa. Tengo más obsesiones, como organizar las cosas por colores, formas, tamaños, fechas... y pare Ud. de contar; y con el tiempo no iba a ser menos, no. Yo cronometro el tiempo que me toma hacer cualquier cosa; sé desde cuánto tiempo me dura un cigarrillo hasta cuánto tardo exactamente en recorrer una distancia frecuente.

Pues yo por las mañanas tengo muy mal despertar y me cuesta un cojón espabilar; así que yo necesito realmente poder tomármelo con calma, a mi ritmo, sin estrés. No soy de las que puede saltar de la cama e ir directamente a la ducha, ¡ni hablar! No señor; yo necesito hacerme mi cafelito tranquilamente... liarme el cigarrillo... fumar y beberme mi café mientras miro el tiempo que hará ese día... voy pensando qué ponerme (si no lo he hecho ya por la noche). Y así, se me vá más o menos media hora o más. Y yo no puedo prescindir de ese tiempo; para mi es un verdero desastre, un trauma poco menos, quedarme dormida.

Así que claro, levantándome tan pronto, no pudiendo luego echar una siesta a media tarde y siendo que no me meto en la cama hasta la 1 ó 2 de la madrugada... ¡vaya si estoy cansada! Pero estoy muy satisfecha, al menos por esa parte, porque el trabajo resulta que me encanta y de hecho, ojalá me dejasen fija con ellos; además, el bus para ir al curro lo pillo en la puerta del cole, el viaje dura 7 minutos y a la salida, me puedo venir a casa andando porque tardo sólo 12 minutos... ¡Es una pasada!

En fin. Luego claro, está la parte mierda. Y es que no sé cómo no estoy interna ya, atada como una buena loca peligrosa. Y es que no sé cómo me las estoy ingeniando para manejar el nivel de estrés, preocupación, miedo, angustia y ansiedad que me genera la malísima situación que estamos teniendo en casa, económicamente hablando. Porque es que es muy duro pasar de una estabilidad total, de hecho más que estabilidad diría "holgura económica", a una situación de "emergencia total"... Es duro, muy duro. En fin.

Lo demás... pues es que no sé. Os juro que no he tenido tiempo de pararme a perder tiempo pensando si estaré haciendo el ridículo o no últimamente, la verdad. No he tenido tiempo de torturarme y eso es bueno, supongo. Luego tampoco he tenido tiempo para comer bien (o no lo he querido buscar, no lo sé) pero lo cierto es que estoy viva. No gano peso, no hay manera, y apenas me descuido, bajo. No sé qué estoy haciendo mal; supongo que tendrá que ver con el no llevar un orden, no tener horarios para comer, o bien porque la sóla idea de obligarme a seguir una dieta balanceada con sus 5 comidas y tal, me es impensable. No puedo, no puedo ahora mismo ponerme a ello; es como que tengo el cerebro muy ocupado y para mi comer es la última de las cosas que recuerdo que tengo que hacer. Estoy comiendo una única vez al día. Osea que me alimento cada 24 horas. Sé que es algo que tengo que tomarme en serio, pero ahora mismo es que no puedo, de verdad.

No lo hago a posta, no estoy (al menos de forma consciente) buscando nada, ni perder peso ni mucho menos. Pero cada vez me interesa menos pesarme, cada vez evito más pesarme, mejor dicho. Ante la pregunta de... ¿Estás más delgada?, respondo con un rotundo "¡¡¡no!!!". Y evito mirarme las manos, o los brazos, o la cara inclusive. Porque no quiero mirar, simplemente. Es que de verdad, por una parte me siento de puta madre porque estoy intentando luchar contra mis miedos y mis cadenas, por la otra tengo un montón de ansiedad por cómo van a evolucionar las cosas económicamente hablando, por otra estoy con el estrés de no saber más allá del mes que dura mi contrato qué voy a hacer y por último, porque no sé realmente qué coño estoy haciendo con mi vida.

¿Estoy intentando tapar un hueco abriendo otro? Es que no lo sé, joder. No lo sé, y esa duda me martiriza...

¡Tengo trabajo!


¡Ya he encontrado trabajo! No es el trabajo que hubiese deseado, no ganaré lo que tenía pensado (y que necesito ganar), pero está bastante bien para ir saliendo del bache. Mientras me sale algo mejor, al menos produzco. Y además, con la ventaja de que me queda muy, muy cerca de casa (si voy en coche, son menos de 5 minutos, y si voy en bus menos de 10 minutos) y tengo un horario bastante cómodo y fácil de compatibilizar con el puto horario escolar; además, como sólo es por las mañanas (5 horas), tengo las tardes libres para poder ir a más entrevistas y así encontrar otra cosa.

Ha sido rapidísimo: me he inscrito a la oferta el sábado por la tarde, me han llamado ayer a las 20 para citarme a la entrevista, que ha sido esta mañana a las 11; y esta misma tarde, a las 17, me han llamado para decirme que si me podía incorporar... ¡mañana mismo! Por supuesto he dicho que si, y así es como a partir de mañana a las 9 comenzará realmente a cambiar mi vida. ¿O sus creíais que iba en broma cuando lo he anunciado en mi post, a mi regreso??? ¡¡¡Pues no!!!

Se acabó. Se acabó la frágil criatura endeble que se dejaba vencer a la más mínima. Se acabó la miserable imbécil que no era capaz de salir adelante. Se acabó el depender. Se acabó el no salir. Se acabó el no relacionarme con el mundo. Se acabó el no asumir retos. Se acabó el esconder la cabeza. Se acabó infravalorarme. Se acabó.

¡Se acabó!


:-)

Demasiado ocupada...



No os hacéis una idea de lo que me cuesta poner mis fotos. En primer lugar, porque soy extremadamente paranoica y no me gustaría que absolutamente nadie que me conozca diera conmigo de esta manera; ese miedo a ser reconocida (irracional o no), me lleva a sentirme como desnuda, expuesta y es algo muy incómodo. Y, en segundo lugar, porque odio ser juzgada. Y lo odio porque me dá pánico que la gente me vea y piense cosas sobre mi. Si la crítica es buena, siento que no la merezco; y si es mala, me hundo.


No sé si alguien pueda comprenderme. A ver cómo me explico... Si yo pudiese salir a la calle con un cartelito colgado del cuello que contara mi historia, o que mostrase mi cambio, por ejemplo, quizás entonces me sentiría más cómoda. Es algo así como una sensación de "si tú supieras..." (que se traduciría en un "si tú supieras, me admirarías"). Es decir, que estoy completamente convencida de que a menos que diga mi edad, que he tenido dos hijos y que hace unos meses pesaba 22 kilos más que ahora... A menos que diga eso, yo siento que paso totalmente desapercibida por el mundo. Que por lo que soy en sí, nadie voltearía a mirarme dos veces. Pero, "si lo supieran..." ...Si lo supieran seguramente voltearían a mirarme, por pura curiosidad, y quizás hasta pensarían: "vaya, pues menudo cambiazo". Pero no porque yo realmente les haya llamado la atención. Repito, no sé si alguien puede entender esta forma de sentir. Ni yo misma lo entiendo, pero es lo que hay dentro de mi.


Es como... Como si yo necesitase excusarme, pedir perdón por lo que soy, por cómo luzco y justificar las que considero "mis faltas". Y supongo que esto sucede así simplemente porque yo misma no me acepto, por lo que evidentemente no puedo imaginarme que nadie más pueda aceptarme tal y como soy. Me percibo así de imperfecta porque estoy constantemente comparándome con esa imagen que tengo en mi mente de "cómo debería de ser", y no, no doy la talla, chicas. Pero ni de lejos, vamos. Incluso me comparo conmigo misma, recordando cómo era hace unos años; y siento una rabia tremenda al pensar que en ciertos aspectos, en aquel entonces tenía cosas que hoy ya he perdido (como la lozanía, por ejemplo); pero que, entonces, al igual que hago ahora, no apreciaba porque estaba demasiado ocupada criticándome y comparándome con lo que yo quería ser y no era!!! ¿Alguien ha entendido este enredo?


Funciono más o menos así: (voy a usar el ejemplo del peso, pero esto que os cuento es aplicable a todos los demás aspectos de mi vida): yo desperdicio una gran cantidad de energía y tiempo analizando y pensando todos mis defectos; sufriendo y sintiéndome miserable por no tener el cuerpo que quiero, por estar vieja, por haber perdido el tiempo, por no haberme cuidado más cuando era más joven... Y también paso mucho tiempo arrepintiéndome, sintiéndome muy estúpida por no haber sido capaz de apreciar, cuidar y valorar lo que tenía antes... Pero es que antes, cuando era más joven, tampoco lo veía porque estaba demasiado ocupada pensando, analizando y sintiéndome miserable por las mismas cosas... Y así, una y otra vez, día tras día, año tras año, el tiempo ha continuado su curso mientras yo he estado estancada siempre, sin avanzar, atrapada sin saber cómo salir, sin saber cómo parar toda esta mierda.


Decir que he vivido hasta ahora, es simplemente eso, un decir o mejor dicho, un estado: estar viva, vamos; pero yo lo que veo y siento es que realmente yo no he vivido, sino que he dejado que la vida me pase por encima, pero sin sumergirme en ella... Y no me dí cuenta (porque, recordemos: estaba "demasiado ocupada"). He dejado que las situaciones y circunstancias me fuesen arrastrando hasta donde estoy hoy, pero siento que nunca he tomado alguna decisión importante para cambiar el curso de mi vida.


Dios mío, ¿alguien entiende algo de lo que quiero decir? Es tan difícil de explicar...


En un acto de lucidez sublime, me está dando por pensar que me vá a seguir sucediendo lo mismo el resto de mi vida, a menos que haga algo YA y cambie mi manera de ser. El resto de mi vida es... es mucho tiempo; es demasiado tiempo para continuar con una existencia miserable.


Es mucho más que eso: es todo lo que tengo.


Tengo que dejar de pensar, analizar, compararme, castigarme y sufrir por ello, y comenzar realmente a vivir, sentir y hacer. Tengo que dejar de decir las cosas, y hacerlas. No sé cómo se hace eso, ni sé tampoco por dónde empezar, la verdad. Lo único que sé es que el tiempo sigue corriendo, tic-tac tic-tac... Y cada segundo, cada minuto que pasa se transforma en horas, días, meses y en años...


Tomando en cuenta que HOY es todo cuanto poseo verdaderamente... Ya estoy tardando en empezar a poner orden.


En un intento por cambiar la plantilla por una nueva, me he cargado medio blog... Estoy intentando reconstruírlo. Esta tarde no lograba recuperar ni las entradas; ahora ya sí están todas; lo que sí que perdí son todos los elementos que tenía en la página (como las fotos, calculadoras y demás chorradas). Pero eran eso, chorraditas varias que ya iré (o no) volviendo a poner.


Me he cortado el cabello; desde que me "arranqué" las extensiones con acetona hace 4 meses, no me había dado un toque; así que ya os podéis hacer una idea de cómo tengo el cabello de maltratado y reseco y hecho mierda después de esa agresión acetónica y después de un verano de bajarme a diario a la piscina. Claro, si se me debe estar cayendo por eso, y no por otra razón!!! Así que ayer mismo me fui a cortar las puntas, para sanearlo un poco. No ha quedado del todo mal. Ya no parezco una bruja; ahora parezco una vieja bruja medio arreglada, jajajaja.


Le comentaba a Princesa Tímida que he pasado toda la semana con dolores de cabeza como ella, y además, todo lo que como me sienta fatal (pero no he dejado de comer). De resto todo sigue igual; tengo la lavadora estropeada desde el jueves de la semana pasada y me duele el cuello y los brazos de tener que lavar todas las noches el uniforme del día siguiente de los niños. Me cago en su puta madre, me cago en la puta pieza y me cago en todo lo que me pueda cagar, porque si ya hoy no vino el técnico, significa que no vendrá hasta el lunes, como poco. ¡Maldita sea mi suerte!


Ah, y aún no me han llamado para ninguna entrevista, y esta tarde me ha entrado un ataque de ansiedad por la situación en casa, que no es tampoco tan grave pero sí es lo suficientemente jodida como para ponerme mala. Había aguantado hasta hoy, pero hoy me siento sin fuerzas, moralmente agotada; no me apetece hacer nada y sólo tengo ganas de llorar, y ni sé bien porqué.


Quiero dormir, y despertar mañana y que todo esté bien. ¡Qué ilusa!



Un antes, cuando no sé en qué momento perdí el control y me dejé llevar, día a día. Un antes en el que no sé cuándo dejó de importarme mucho nada; un antes en el que iba escapando de la realidad día a día, fabricándome un microcosmos en el que refugiarme del exterior. Un antes en el que, durante tres años, me fui transformando. ¿El resultado? Aquí está...






Cuando miro fotos de ésta época, siento rechazo, repugnancia; no me cabe en la cabeza que esa, efectivamente, soy yo misma. No entiendo cómo tenía valor de salir a la calle, a dejarme ver así. Se me hace un nudo en el estómago, y siento pánico. Es cuando cierro los ojos, dejo resbalar mis manos por mi vientre, acariciando mis caderas, me abrazo y entonces se me espanta el miedo. Ya no soy esa, ya nunca más seré así. Nunca más. Ahora, como debe ser, como siempre ha sido y será en adelante, esta soy yo...






Y lucharé porque nunca más esa de antes regrese. Esa que nunca debió haber existido. Ha sido la única vez en toda mi vida (sin la excusa de un embarazo) en la que me he maltratado tanto. No la dejaré volver.


Y ahora, si me lo permitís, voy a bailar sola. Voy a abrazarme, a sentir, aunque sea durante los 8 minutos que dura ésta versión en vivo de la canción de la que os hablé en mi anterior post, y voy a dejar que esa alegría que transmite me contagie, me invada y me llene. Y me voy a permitir, durante esos 8 minutos, simplemente, ser feliz...





Lo necesito. Realmente lo necesito.

Una canción



Niñas, ¡¡¡me he enamorado!!!


Esta canción me pone feliz con sólo escucharla, me contagia un buen rollito genial...
Escuchadla, ¡¡¡no tiene desperdicio!!!


Además, dice algo muy cierto:


"...There's no need to complicate, our time is short..."


Que básicamente quiere decir que no necesitamos complicarnos... ¡la vida es muy corta!





Talla 34



Hoy tengo un... ¿mal? día. Es de esos días en que te sientes desesperanzada. Tú intentas subir el ánimo, confiar en tí y creer que las cosas van a marchar estupendamente; pero mientras te empeñas en creerte eso, te van pasando cosas raras que te quitan ese estímulo. Además de que estoy tremendamente cansada, a nivel físico. Necesito poder coger una puta rutina de sueño normal. No duermo bien, duermo poco y a deshoras, y eso te acaba, literalmente, agotando en todos los sentidos... y yo estoy a-go-ta-da.


Tuve la gripe; presuntamente, la gripe A. Fué una semana terrible, con un malestar grande, dolores de cabeza y general, fiebre muy alta, tos, y hasta diarrea. Casi no comí y el resultado fué que perdí unos dos o tres kilos. Yo, que al fin me sentía cómoda con mis 59 kilos, con lo que me costó quitarme de la cabeza querer bajar más, ¡zas!, me encuentro una mañana en la que no me dió pereza desnudarme completamente para pesarme y descubro que he bajado hasta los 56 kilos...


No me sentía gorda antes, pero estar tan delgada... cómo decirlo... es que me gusta y me disgusta, a la vez. Sí, me gusta percibirme tan delgada, pero luego es como si internamente me preocupase. Vamos a ver, es algo así como si dentro de mi cabeza coexistieran dos personas distintas; una de ellas está de acuerdo con la delgadez y la disfruta, y la otra piensa que lo mismo me estoy pasando de flaca. ¿Alguien lo pilla? Una parte de mi disfruta enormemente cada vez que me visto, porque sé que me ponga lo que me ponga, a estas alturas no puedo verme gorda con nada de lo que lleve; pero, a la vez, cada vez que me peino el cabello después de ducharme y quito del cepillo un montón de pelos que se han caído... todos los días... y me veo cada día con menos pelo en la cabeza... pues eso me atormenta, igual que cuando me siento débil o cuando me mareo, o cuando miro esas ojeras negras y esa cara demacrada.


Y "estoy comiendo" más o menos normal. Quiero decir, la verdad es que no como ni de coña como antes, porque ahora todo es que si arroz integral, pan integral, todo sin grasas, muy sano; sigo una dieta que se parece mucho a la de un deportista, vamos. Osea que sí me sigo preocupando por mi peso, de no engordar ni medio gramo, sino de mantenerme. Y claro, ahora he bajado más, y los primeros días pensé que tendría que volver a recuperar ese par de kilos, pero ahora pienso que no, que me gusta más así, y que ni de coña quiero volver a ganarlos... Estoy plantada entre los 56-57 y me siento cómoda. Pero claro, yo la pregunta que me hago es que, si antes con 59 estaba cómoda, y ahora con tres menos también me siento cómoda y "mejor"... ¿significa eso que si bajo "un par más" me sentiré aún mejor??? Una vocecita en mi cabeza me recuerda que tengo que parar esta locura y esta obsesión, pero yo sigo pensando que tengo todo bajo control porque esta nueva bajada de peso "no ha sido algo que yo haya buscado", sino que ha sido "porque estuve mala". Ya, eso es hasta cierto punto verdad porque estuve enferma; pero aquí, que no vale de nada que mienta porque es estúpido, ya que al escribir aquí es como escribir mi diario y sería como mentirme a mi misma, aquí tengo que decir que disfruté enormemente el no tener apetito, disfruté esa sensación de tener el estómago vacío, disfruté esa debilidad del ayuno cada minuto que la viví, y eso, eso no es normal.


Me siento súper agobiada por varios temas, y entre otras es que tengo que encontrar trabajo a la de ya. La puta crisis ha llegado a mi vida y necesito empezar a currar cuanto antes; así que estoy buscando trabajo. Como no tengo nada que ponerme, porque lo único que tengo nuevo son unos vaqueros que me compré hace un mes o así; son unos Levy's de la talla 27 (que ahora con la bajada de peso de la gripe, me están sueltos, no te jode!, con lo de puta madre que me estaban...); bueno, decía que no tengo absolutamente nada que ponerme para ir a una entrevista de trabajo, así que me acerqué ayer mismo al lefties de Zara y me compré unos pantalones tipo de vestir. Cogí, por pura inercia, por costumbre, una talla 38... y aquello se me caía al suelo. Salgo del probador, asombrada, en busca de la talla 36, y pensando que sería muy fuerte estar metiendo una talla 36 y me encuentro con que no quedaba ningún pantalón en esa talla (de ese modelo, que me gustó mucho y era el que quería). Pues nada; veo un par de ellos que quedaban ahí, de la talla 34. Estaban allí solitos, perfectamente doblados y colgados como si nadie en mucho tiempo se los hubiera probado; es que estaban sin una puta arruga, vamos. Y allá que se me cruza por la cabeza probármelos, a ver q tal. Y voy yo al probador, plenamente convencida de que estoy loca; que una 36 quizás, pero... ¿una 34? ¡Ni de coña!


Y... señoras y señoritas, me han quedado. Y no me han quedado y punto, no; me están perfectos. Ni apretados ni sueltos. Osea, per-fec-tos. Casi-casi me atraganto con mi propia saliva, en serio. Y me los compré, y me vine a mi casa más feliz que una perdiz con mis pantalones nuevos de la talla 34, que me están preciosos, que me encantan y que son los únicos que tengo para ir a una entrevista de trabajo a la que haya que ir medianamente arreglada.


Yo sigo sin ver lo que los demás ven. A ver, que sí, que me veo delgada y sé que no estoy gorda. Sé perfectamente lo que me disgusta de mi cuerpo, y para nada tiene que ver con el exceso de peso. Estoy delgada y lo sé. Sin embargo, no me veo tan delgada como me ven los demás. Resumen: mido 1.72 m, peso 56-57 kilos, con un IMC de poco menos de 19. ¿Alguien piensa que con esas medidas estoy baja de peso, o mal? Yo no. Insisto: yo me encuentro bastante normalita, la verdad.


Un beso.





Dos meses... Hoy se cumplen exactamente dos meses desde mi última entrada. Dos meses en los que ha pasado de todo y de nada a la vez. Dos meses más en los que siento que he perdido, otra vez, parte de mi vida. Porque hoy, dos meses después de muchos planes que tenía, sigo haciendo exactamente lo mismo que hace dos meses atrás, con la diferencia de que hemos cambiado de estación. Todo cambia, hasta el tiempo... Pero yo siento que sigo estancada en el mismo lugar. Es como estar presa dentro de mi misma.


No tengo muy claro el porqué de mi ausencia este tiempo; quizás sea la mezcla de muchas cosas. Quizás necesitaba alejarme un tiempo de tanta obsesión insana, o bien simplemente es que sentía que no tenía nada que escribir, ni que compartir. Y a mi siempre me ha gustado escribir. Es, de alguna manera, una herramienta que utilizo de diversas maneras, y una de ellas es la catarsis. Además, encuentro más fácil comprometerme conmigo misma a ciertas cosas cuando las escribo; no siempre me funciona, pero la mayoría de las veces, sí. Por eso he vuelto, porque básicamente necesito escribir para seguir intentando encontrar ese equilibrio que persigo. Y para seguir retándome a mi misma a demostrarme que sí puedo alcanzar algo concreto que me proponga. Así que aquí estoy, de vuelta.


¿Y cuál es mi objetivo ahora, si al final he alcanzado el objetivo inicial que tenía cuando comencé este blog? Si tomamos en cuenta exclusivamente el hecho de que logré perder 20 kilos y de que logré tener el peso al que tanto había deseado volver, pues podemos decir que ese objetivo quedó cumplido. Pero, es que también tenía el objetivo de retomar una vida más activa, incluyendo la práctica regular del deporte como parte de mi rutina y, en este sentido, también puedo considerar que es un objetivo más que he cumplido porque, si bien no he logrado mantener la constancia que quisiera, la verdad es que he hecho en estos últimos meses más deporte que en los últimos 5 años de mi vida. Además, conjuntamente con lo del deporte, también quería alimentarme de manera más saludable y dejar de lado esos hábitos que nos joden la dieta siempre (comer sin grasas, sin harinas procesadas, evitar los refrescos, los dulces y todas esas cosas, vamos); y en ese sentido, pues también lo he logrado porque mi manera de comer actualmente, mis costumbres, son completamente diferentes ahora, hasta en las cantidades, por lo que este es un objetivo más que he logrado cumplir. Y ahora que lo pienso, hay otro objetivo que también he cumplido, aunque no haya hablado nunca de él en este blog, y ha sido volver al tabaco de liar que es algo que me aporta un doble beneficio: por una parte gasto un huevo menos en tabaco, y por el otro, fumo considerablemente menos (menos de la mitad de lo que solía fumar antes, al menos la mayoría de los días es así).


Voy a hacer un alto aquí porque inevitablemente tengo que analizar mi primer párrafo, porque se contradice con lo que acabo de contar más arriba. Comencé este post diciendo que mi vida no ha cambiado lo más mínimo en este tiempo... Y es que tengo la mala costumbre de menospreciarme siempre y de tener esa sensación que me acompaña todo el tiempo de que nunca logro nada de lo que me propongo o deseo, de que mi vida es una mierda, de que estoy estancada, y blablabla. Y claro, luego me pongo a escribir acerca de las cosas que considero logros que he obtenido estos meses y me doy cuenta de que si mi vida no es exactamente como yo quiero que sea ahora, es por mi puta culpa, por vaga, por temor a los cambios, por miedo a lo desconocido. Pero no porque yo no sea capaz de lograr nunca nada, porque eso es mentira.


Y aquí tenemos entonces, mi posible siguiente objetivo (o al menos, uno de ellos): demostrarme a mi misma que, con pequeños cambios, puedo ir cambiando mi vida. Ya, si ya sé que es un objetivo como muy inespecífico, pero a ver si me explico algo mejor. Con esto quiero decir que si tú un día te acuestas y decides esa noche que a partir del día siguiente vas a cambiar tu vida entera y vas a empezar a hacer un millón trescientas mil cosas diferentes que siempre has querido hacer, vas lista, porque no lo harás. Para empezar, lo más probable es que te quedes dormida la mañana siguiente... o que estés muy cansada... o simplemente, que lo dejes para otro día en el que te sientas con más ánimo.


Entonces, es mucho más sencillo ponerte mini metas a corto plazo, que sean fáciles y rápidas de cumplir y alcanzar. Eso no sólo tiene que reafirmarte en la sensación de que tú si puedes hacer algo diferente, sino que además, genera en algún momento una especie de reacción en cadena que irá haciendo que a medida que tú hagas cambios, otras cosas cambien a tu alrededor, y esto es verídico. ¿Sabéis que es lo más jodidamente difícil? Dar el primer paso.


Entonces, al final creo que voy descubriendo porqué he regresado. Porque me gusta escribir, y porque quiero tener un lugar en el que ordenar mis ideas, elucubrar mis planes, y ponerme objetivos, trazarme metas. Porque si hay algo que tengo claro es que no quiero seguir viviendo de la manera en la que estoy obligándome a vivir últimamente: encerrada y aislada de todo y de todos, maltratándome, vejándome, humillándome y menospreciándome constantemente. Así que resulta que mi primer objetivo es retomar el blog, y mi primer paso es entonces escribir este primer post. Supongo que lo siguente será mantenerme aquí, ser constante y utilizar este blog como una herramienta que me permita ir perfilando los pequeños cambios que pienso ir haciendo y comprometerme conmigo misma a trabajar para alcanzarlos.


¡A ver qué me sale!

Toy de un vago...




Mis niñas... ¡tenéis que perdonarme!


Estoy de un plof total, pero no por nada malo, sino por vaga. Si, estoy hecha una vaga profesional: mi vida se reduce actualmente a levantarme sobre las 12, tomar un cafelito, bajar a la pisci, subir a comer, bajar de nuevo a la pisci; me quedo en la pisci hasta que la cierran, me subo a casa y me hago una mini siesta con mis gatas preferidas, luego me ducho, me exfolio, me embadurno de cremas hidratantes, ceno, veo la tele, o una peli, y me duermo. ¡¡¡Y así todos los días!!! Bueno, a veces salgo a pasear, o visitar una amiga, o a tomar algo, o de compras; pero básicamente soy una lapa que no hace otra cosa que tostarse al sol...


Pero siempre encuentro un minuto para asomarme a vuestros mundos, aunque no comente porque siempre estoy con prisas... es que tengo una pereza tan enorme, que prácticamente ni toco el ordendor, la verdad. Supongo que hacia septiembre, que vayamos todas retomando las rutinas de cada una, volveremos con nuevas historias; porque he notado que no soy la única "perdida" de la blogósfera... jeje.


Estoy relativamente bien; preocupada porque no logro sacarme ciertas cosas de la cabeza y creo que buscaré hacer alguna terapia para septiembre o así, dependiendo de cuánto dinero me pueda costar eso; que tampoco es que esté yo muy bien de pelas, en fin... ya veremos. Sin embargo, pues sigo intentando luchar contra mi mente retorcida que vé cosas que los demás no ven, y de no sufrir tanto. Pero ya sabéis; hay días malos y días menos malos.


Ahora me ha dado por sentirme inmensamente gorda otra vez. Por donde mire no veo más que redondeces. Estoy pesando 59 kilos y estoy súper obsesionada con volver a los 57 kg. y ahora mi nuevo sueño es llegar a los 55 kg. y quedarme allí. Eso sí, no he vuelto a ayunar, gracias a Dios al menos eso he logrado hasta ahora. Pero hay una cosa que me tiene muy asustada, y es que a veces, después de comer, y siendo que siempre evito quedar demasiado llena porque odio esa sensación, resulta que llevo una semana en la que al rato de haber terminado de comer me entran unas náuseas súper desagradables y una "necesidad" de sacarme todo eso de adentro. Os juro por Dios que no he llegado a vomitar, pero me paso al menos una hora entera frenando esa sensación de "necesidad de vomitar". Es muy horrible para mi, porque me dá verdadero pánico vomitar; hace aaaños que superé la etapa de la bulimia y quedé realmente traumatizada. ¿Qué me está pasando? ¿Porqué me sucede esto ahora? ¿Es normal?


En fin. Tengo una boda en 15 días y el único vestido que tengo a la altura de la ocasión me está enorme, así que tengo que llevarlo para que me lo entallen. Pero quiero esperar esta semana a ver si logro bajar al menos un par de kilos antes. La única cosa buena que me está pasando es que bajo de peso con una facilidad flipante, no tengo idea de porqué; pero es dejar de cenar, por ejemplo, dos días, y se me caen los pantalones; así que si logro cenar sólo sandía una semana, supongo que bajaré ese par de kilos, digo yo. Ya os contaré.

¡Sigo viva!


Esta soy yo, haciendo el mono en la playita, al amanecer. Adoro levantarme a las 6, cruzar la acera que me separa de la orilla del mar y esperar la salida del sol, para luego hacer miles de fotos. Yo casi nunca, por no decir nunca, salgo en las fotos; sin embargo, esta vez a mi loco le dió por hacerme algunas. Horror. Yo la estaba pasando relativamente bien, en mi playita, con mi arenita, tomando el sol y poniéndome negra. No hay cosa que disfrute más que tomar el sol, pese a que me cuesta lo suyo lidiar con mis múltiples complejos; pero una vez estoy tirada en la toalla inmóvil, logro desconectar de toda esa mierda mental al menos un rato.

La pasé bien y mal. Bien, porque no me canso de repetir que adoro la playa, la arena, el mar, el sol, el aire de la playa... Me iría a vivir encantada a un lugar cerca del mar. Pero... Porque claro, siempre hay un pero, ¿no? Pues ya desde antes de salir de viaje, mi súbdito comenzó unos días atrás a decirme lo muy delgada que me encontraba. Y sí, llegué a bajar hasta los 57 kilos. Es que no puedo evitar, no puedo, pensar que con un kilito menos estaría mejor. Mi mejor amiga también se alarmó cuando me vió, porque me dice que cada vez que me vé estoy más delgada y que está asustada porque piensa que de aquí a un mes me tendrán que hospitalizar si sigo así. Me cuesta convencerles de que eso no sucederá, que estoy bien. Y lo que no les digo es que no me veo tan delgadísima como ellos me señalan. Pero para nada me veo flaca ni mucho menos. Me veo "normal".

Así que ya salí de viaje con la presión encima de mi súbdito, que no entiende lo terriblemente mal que me sienta que me diga que estoy demasiado delgada (se puede estar "demasiado" delgada en serio pesando lo que peso, midiendo lo que mido? pues según yo, no!). Encima, no pude llevarme la báscula porque eso sí que no me lo iba a permitir mi súbdito, así que una presión más añadida, ya que como sabéis, me peso varias veces al día, todos los días sin excepción. Luego, ya en la playa, allí nos encontramos con una pareja de amigos y todo lo hacemos juntos (excepto compartir alojamiento). Y tuve que soportar los malditos comentarios de burla de él, y de preocupación de ella... uno tras otro: "dios, qué delgada que estás!", "pareces un saco de huesos", "cuánto más morena te quieres poner?, es que estás negra!", "te va a dar un cáncer de piel de tanto llevar sol", "ayer ví una vieja pellejúa y rubia por la calle y pensé que eras tú", y lindezas por el estilo. La hora de comer era la peor: "ah, pero es que vas a comer?", "ah, pero es que tú comes?", "come, come, tienes que engordar como 5 kilos para verte bien". Llegué a llorar a escondidas, encerrada en el baño, sintiéndome como cuando tenía 7 años y mi mejor amiga se burlaba de mi.

Y engordé, of course. Me fuí pesando 57-58 kilos y la noche que volví, me fui directa a desnudarme y subirme a la báscula... 61.4 kgs. Fué como una bofetada. Porque sí me sentía más llenita, la verdad, pero realmente no puedo decir tampoco que me sentía TAN gorda como me decía esa mierda de número. Dos días de apenas probar bocado (vamos, como para que me diera hambre después de eso!), y en dos días ya marcaba 59 y me sentía más ligerita. Y me confié... En el sentido que sentí que con un par de días de dieta arreglaba un par de kilos. Y eso ha desencadenado algo que no me sucedía hace mucho: los ataques de hambre nocturnos. Yo puedo estar sin comer todo el día, pero cuando entro en estas fases, por las noches no soy capaz de controlarme, me entra una ansiedad terrible por comer de todo. Lo bueno, dentro de lo malo, es que realmente me lleno con poca cantidad; así que la gracia no me sale del todo mal porque literalmente no me entra más comida. Si no, arrasaría la nevera, como me sucedía en el pasado. Ahora simplemente, no puedo. Sigue siendo una cantidad de comida enorme, tomando en cuenta de que como muy, muy poco; pero al menos me queda el consuelo de que no son cantidades bochornosas de comida. Algo es algo.

Así que aquí estoy. Otra vez mal. Porque hasta hace dos día no me sentía mal, ni gorda. Me sentía más bien hinchada y sabía que en pocos días lo podría remediar. Pero ahora me encuentro mal, porque mire donde mire sólo veo grasa, redondeces, celulitis, flacidez. Ahora sí me siento gorda, nada de hinchada, y eso es lo peor: que no hay dios a quien se lo puedas decir porque te van a tildar de loca obsesiva. Y esa es otra; estoy tan harta de todo... "estás demasiado morena ya", "estás demasiado delgada ya", "estás fumando demasiado", demasiado demasiado demasiado... demasiado qué???

Jo. No quería regresar con los ánimos bajos, al contrario.Pero en esta montaña rusa emocional que vivimos nunca se sabe, y este es el único espacio realmente privado que tengo. Si quien me lea piensa que estoy loca, me dá igual... así como me dá igual quien no piense eso. No escribo para que nadie piense nada de mi, precisamente no quiero ser juzgada, ni criticada. Aunque obviamente siempre habrá detractores y seguidores de tu causa... Es inevitable. Pero en fin, que no busco ni aprobación ni desaprobación; es simplemente un grito al vacío.

Me voy a mirar una peli en sesión de cine casero, en estado familiar total. A ver si me despejo un poco la cabeza, que un día de estos me va a estallar. Mañana me toca hacer ronda por vuestros mundos, que me muero por saber cómo os va el verano a todas.


Rapidito, rapidito

Hoy, una actualización rapidita porque ando ocupadísima; pero ya me vale, y es que no puedo tener a mis niñas tan abandonadas!!! Por la noche, con más calma, os visito a todas. :)


Algunas cosas guays que contaros:

1º ¡¡¡Ya estoy en los 59 kg.!!!, osea que estoy más tranquila y happy.

2º ¡¡¡Ya tengo mi móvil nuevo!!! Es un iPhone megachulísimo, estoy muy enamorada de él, no paro de hacerle cosas chulas y de tocarlo, jajajajajajajaja. Le estoy buscando nombre (sí, soy de las que les pone nombres a las cosas); así que se aceptan sugerencias.

3º ¡¡¡Que me voy a la playita!!! No estaba muy claro que pudiésemos ir este año, pero... ¡Calpe, allá vamos! Me voy la primera semana de agosto, pero estoy tan emocionada que parece que me voy mañana mismo, jajajajajajajaja.


Bueno, os dejo esto por ahora, que tengo que seguir haciendo cosas. ¡¡¡Por la noche actualizo y os visito, prometido!!!


¡¡¡Muchos besos a todas mis princesas hermosas!!!

Horror




No tenía ni hambre ni ansiedad ni nada. Quería simplemente c.o.m.e.r, como el resto de la gente. Ayer comí. Sin hambre, sin ansiedad, sin ganas. Comer por comer, por saber qué se siente: a mediodía, pasta con bolognesa; por la tarde, media bolsa de risquitos, un helado, un refresco con gas. De cena, una miniburguer de pollo empanado, patatas fritas, otro helado. Joder, ¡¡¡he comido lo mismo que he servido al resto de la familia!!! Y las cantidades, como para un niño de 5 años, que no me cabe más.


Hoy peso tres kilos más. Y yo no vomito. Hoy es un muy mal día para mi. Me siento redonda. ¿Puede alguien engordar de un día para el otro y realmente sentirlo al tocarse? Yo sí. Lo siento al tocarme, lo veo frente al espejo y la maldita báscula me lo confirma: 61.4 kg esta mañana. Me parece imposible, pero es lo que hay.


No pienso salir de mi casa hasta que esta horrible mierda pase. Y nunca mejor dicho, porque aparte de sentirme como una mierda, lo soy técnicamente: una puta bola de mierda porque me hinché a laxantes ayer, en exceso. Así que hoy iré del pc al baño y de vuelta al pc. Así que tengo todo el tiempo del mundo para visitaros y comentaros.


¿Comer? ¿Para sentirme así? Lo siento, paso. Que vivan la lechuga y el atún, el yogurt vitalínea con trozos de fresa, las cerezas, la sandía.





Yo soy la mamá de todas las princesas. De hecho, probablemente podría ser la tuya. Sólo que tú y yo estamos en el mismo barco y navegamos en la misma dirección. La diferencia está en que tú acabas de llegar y yo llevo navegando más de 20 años. Puedo ser un ejemplo de cómo sobrevivir o de cómo vivir medioviva/mediomuerta durante toda tu vida; tú decides el prisma con el que quieras mirarlo. Una cosa te aseguro: no es guay, ni fácil, ni lindo, ni diver. Las satisfacciones, las alegrías, la felicidad que puedas sentir son tan efímeras como un suspiro. O como un helado en verano. Adelante; esta es mi vida, la que tengo, la que yo misma me he condicionado y de la que no puedo escapar 20 años después. Decide tú si quieres realmente que esto sea el resto de tu vida; porque si crees que hoy, que tienes 14, 16, 19 ó 25 años no te importa y que te dá igual lo que te suceda dentro de 20 años o, peor aún, piensas que dentro de 20 años pensarás diferente, sentirás diferente y harás cosas diferentes, te equivocas muy mucho, niña bonita. Porque yo, hoy, ahora, con 37 añazos y mucha, demasiada vida vivida detrás, me siento exactamente igual que tú, que tienes 14, 16, 19 ó 25 años: una puta mierda. Mi vida es como un barco de papel: a veces se mantiene a flote muy bien, pero siempre se termina empapando y el mismo agua que lo hace navegar, lo consume, lo destruye. Y toca hacer otro, y otro, y otro.


Te digo que te vas a pasar el resto de tus días haciendo barquitos, corazón. ¿Es eso lo que quieres?


Lo fuerte es que si a mí me dicen esto mismo a los 14 años, me hubiera cagado de la risa. Si me lo dicen a los 16 años, me hubiera mosqueado en plan "¿de qué vas, loca?". Si me lo dicen a los 19 años, me hubiera interesado el tema pero habría estado muy ocupada bebiendo con los amigos o follando con mi novio como para profundizar más en el tema. A los 25 años lo acepto, lo estudio, lo analizo y me busco la manera de torear a la muerte y a la enfermedad para salirme con la mía. Y llegada a los 37 años, sigo intentando lo mismo que a los 25: ser más lista que la enfermedad, tomar de ella lo que yo quiero y luchar por erradicar o cambiar lo que no quiero. Y de lo que no me doy cuenta es de que mi vida está rota en mil pedacitos, y tengo como mini-subvidas para vivir, según toque la que toque esa mañana. Y probablemente seguiré igual a los 40, a los 45, a los 50 años. Si es que llego, claro. Si es que no se me terminan de romper los pedazos que he logrado salvar hasta ahora.


Pero a mi, que al igual que quien tiene hoy 14 años, me parece que a los 50 ya se acabó el juego, incluso puede que antes; que ya no me importarán las mismas cosas que tanto me consumen hoy. Pero la verdad es que a los 15 yo pensaba eso mismo de los 30. Pensaba que los 30 no existen. Y existen, sí que existen. Y los problemas te persiguen hasta aquí, a menos que los evites o soluciones. Tú decides.


Y tú, ¿qué decides?


No es un problema de niñatas mimadas. Yo no soy una niñata mimada. Probablemente, tú que me lees tampoco lo seas. Las niñatas mimadas de mamá y papá se salvan, todas, sin excepción. Se salvan porque jamás bajan al fondo. Sus vidas de princesas brillantes no les permiten ensuciarse con la mierda que hay aquí abajo, no señor. A ellas se les arruga la naricita porque huele mal, es asqueroso y feo y se ensuciarían los vestidos de marca. A quienes nos afecta y nos devora es a quienes no tenemos miedo de la oscuridad, porque no conocemos la luz; a quienes no tememos la suciedad, porque somos inmundas. A quienes buscamos desesperadamente ese rayito de luz, porque necesitamos ver, porque aunque no la conozcamos intuímos que esa lucecita es mejor que lo que tenemos. Nos queremos lavar el alma, porque aunque siempre la hayamos tenido llena de mierda, presentimos que tenerla limpia se sentirá mejor. Es la utopía de nuestras vidas: creemos que allí fuera hay algo mejor, algo mejor que puede hacer de nosotras una mejor persona. Y que tendremos una vida mejor. Aunque no sepamos cómo es, aunque nunca la hayamos tenido. Creemos firmemente que podremos lograrlo.


El problema es que sencillamente no sabemos qué es, ni cómo es. Y por ello es que no nos damos cuenta cuando lo tenemos en la punta de los dedos. Y por eso siempre sentimos que estamos tan cerca, tan cerca que podemos hasta olerlo... Pero siempre se nos termina escapando de las manos, y terminamos en una loca carrera de persecución que nos deja exhaustas. Nos cansamos, nos dejamos caer. No podemos más. Hasta que recuperamos fuerzas, nos levantamos y echamos a correr de nuevo. Esta vez sí, esta vez es la buena. Lo volvemos a tener delante de nuestras narices, a tocarlo con la punta de los dedos, a oler su dulce aroma, otra vez, sí, esta vez sí... Y corremos más deprisa. Casi, casi lo tenemos, pero... Nos cansamos otra vez. Cada vez nos cansamos más, y más rápido que la vez anterior; porque nos vamos minando, porque nos vamos desgastando, porque nos hacemos mayores. Y así es nuestra vida; un círculo del que no salimos jamás. Un círculo que no deja que nada salga ni que nada entre. Un círculo que nos separa y aleja de todo: de lo que no queremos... pero también de lo que queremos.


Somos como pequeños hamsters peludos corriendo en su rueda: por mucho que se esfuercen, la rueda no se mueve ni un ápice de su lugar. No nos movemos ni hacia adelante ni hacia atrás. Siempre, siempre seguimos en el mismo sitio, por más esfuerzo que hagamos. Hasta caer agotadas. Hasta recuperar fuerzas. Hasta que nos sentimos capaces de volver a empezar... ¿Pero empezar con qué? Pues con más de lo mismo. Un día, y otro, y otro. Un barquito de papel hoy, otro la semana que viene, y otro, y otro. Y así, el resto de nuestras vidas.


O no. Eso depende únicamente de... nosotras mismas.



P.D.: Ésta es mi entrada Nº 37 en el blog. Los mismos años que tengo en este mundo. Me ha llamado la atención, y quizás por ello viene la reflexión.

¡Ouch!




¡¡¡Que me han pinchado la tetita!!! :(


Bueeeeno, a ver; que no ha sido para tanto, pero ¡ha dolido! Me hicieron una eco y, pese a que 99,9% seguro que no es nada malo, "porsia", me han pinchado para extraer una pequeña muestra y analizarlo. Pero vamos; por puro protocolo, porque me han visto tres especialistas y todos concuerdan que es un puto quistecito de ná. ¡Joder!, entonces, ¡no haberme pinchado!, ¿no? Porque vale, no ha sido una cosa exageradísima, pero cuando te clavan la aguja... pues como que duele. Yo que estaba tan relajadita, porque cuando me hice el piercing no me dolió nada de nada, ni lo sentí, pues yo estaba super convencida de que no me dolería. Quizás por eso me dolió más, jajajaja. En fin, ¡prueba superada!, y en 8 días o así estarán los resultados. :)


El que sí sufrió un mini horror fue mi pobre nano, por favor, ¡¡¡pobrecito mío!!! :( Se me partía el alma escuchando los gritos que dió. Es que a ver; su fractura fue bastante complicada y se partió los dos huesos del antebrazo, y llevaba puestas unas agujas (clavos) para sujetar los huesos. Y claro, lo que le ha dolido horrores fue precisamente la extración de las agujas... Llevará el bracito vendado hasta el codo al menos por 4 días, hasta que sane la herida... Así que hasta el domingo o lunes, de piscina nada. Jo, pobre mío; al menos ya le queda menos. ¡Qué puta mala suerte ha tenido mi angelico! :(


Lo hemos llevado a comer a un Burguer, que es lo que obviamente ha escogido como buen nano de 8 años. Casi me dá un síncope cuando me tocó pedir a mi. Balbuceé y todo, os lo prometo; porque como llevo ya dos días y medio prácticamente sin comer, pues no tengo hambre y quise decir "nada más", al terminar de hacer el pedido familiar; pero con el gendarme al lado mío (léase el Rey), pues ahí estaba yo, frente al tipo de la caja, que esperaba mirándome con cara de "¿y a esta qué coño le pasa?", mientras me decía amablemente por tercera vez: "¿algo más?". He pedido unos palitos de pollo picantes (de los que se comió la mitad el nano), y unas alitas de pollo (vienen 4). Creo que nunca más me volvería a comer una hamburguesa, de verdad. Y me quedé tan llena con tan poquito... Hasta me dolía un poco la tripa. Las patatas apenas las probé y terminé lanzándoselas a los parajillos, jajajajajajaja.


Sigo con la regla, pero me estoy mosqueando un poco porque estoy sangrando muchísimo menos que nunca. No porque crea estar embarazada, ya que es completamente impósibol; supongo que ya os imagináis a qué me refiero. Hinchadísima sí que estoy, pesando 59.5 kg. Vamos, 100 grs más y si me caigo, ruedo. ¡Que se vaya pronto! :( De ánimos... pff. Ahí, ahí. Una montaña rusa: a veces arriba, ¡oléee!!, a veces abajo... :( Eso porque sigo con la idea fija de que con dos kilos menos estaría mejor, más feliz. Por lo tanto, prometo que, si no se me quita de la cabeza en un máximo de 15 días la idea de bajar dos kilos más, iré a un psicólogo.

Muy cabreada




Ya ni recuerdo cómo, pero me enteré de esto y estoy realmente cabreada, pero muy, mucho, muchísimo: pinchad aquí. Primero, por los que banalizan la situación; segundo, por los ineptos que pretenden ayudar sin saber cómo y terminan haciendo más daño; y tercero, por los horribles insultos que llegan a decir.


He visto, incrédula, que en la tercera página ponen hasta listados de blogs que, según ellos, están denunciando. Denuncian porque consideran que promueven las ED's. Ya. Y a ellos no se les puede denunciar por injuria? (Injuria: -del latin iniuria-, "ofensa" o "agravio inferido a una persona" son consideradas, en Derecho penal, un delito contra el honor o la buena fama). Se han llegado a cachondear de las fotos que ha colgado la chica de cuyo blog comienza el hilo, ya que a través de los metadatos de las fotografías publicadas, pueden acceder a una miniatura del original de la fotografía en donde se puede ver lo que se ha tapado antes de publicar dicha imagen.


Sí: hay programas que te permiten ver aquello que tú no quieres mostrar. Así que os rogaría a todas las que leáis esta entrada, que paséis la voz a todas las princesas posibles, para que estén al tanto de esto. En esta página, pinchad aquí, hay información sobre estos archivos. Me parece algo sumamente indignante, y a la vez, denunciable. Esos tipos no saben la demanda que esta chica les puede meter a ellos por divulgar a viva voz de manera pública fotos de ella desnuda, sin su aprobación. Cómo me gustaría poder contactar con ella para que supiera cuáles son sus derechos. Es que vamos, la que yo liaría si a mi me llega a pasar algo así, es que no me la quiero ni imaginar. Por pura prevención, he quitado todas mis fotos y os aconsejaría que hiciérais lo mismo, pero cada una sabrá qué hacer.


Por cierto; no era hoy lo de la escayola; se me ha ido la olla, es mañana. De paso me harán una revisión y pruebas por lo del bulto en mi pecho. Estoy tranquila, no será nada seguramente. Tranquila en ese sentido. De resto estoy un poco descolocada otra vez, dos días sin comer, sin ejercitarme, sin echarme un potingue. Dos días medio mierda. Mi única ilusión por ahora es quitarle la escayola al nano y que el lunes o martes que viene tendré móvil nuevo y me hace muchísima ilusión. No os cuento nada hasta que lo tenga, a ver si todo sale como yo quiero.


Por favor, cuidaros todas. Avisad a las chicas con las que tengáis contacto. Estad alertas y proteged vuestra privacidad e intimidad.

Divagaciones





Me está bajando la regla. Me siento asquerosamente hinchada. Y de mal humor, un poco también. Me he quemado el dedo gordo de la mano derecha con aceite caliente mientras les preparaba la comida a los niños este mediodía. Me duele. No he bajado a tomar el sol desde el... ¿viernes? Siento que me voy a desteñir, pero no tengo ganas de bajar con la regla. Me he teñido anoche y me he cortado las puntas yo misma y el flequillo. Creo que he quedado bien, al menos me veo decente. Esta mañana me han llegado unas cosasque compré hace unos días por internet y todo me vá grande. Tengo rabia por eso. No he sabido escoger bien las tallas; creo que nada me vá a valer si lo pido en una talla chica y sigo comprando cosas que me están una o dos tallas más grande. Ahora tendré que descambiarlo todo, qué pereza más grande. Y es que me veo súper gorda otra vez. Pienso que si bajo un par de kilos se me quitará la angustia. Me dá muchísima rabia porque cuando me miro al espejo (dije que no lo haría, pero es que no puedo evitarlo) y me veo ENORME, y la rabia me viene cuando me voy a vestir y las cosas me están grandes. Es como un shock; me veo gorda pero la ropa se me cae: algo no cuadra, lo sé pero no soy capaz de verlo. Es horrible. Y luego, ayer por la noche comí como una cerda. Hacía tanto, pero tanto tiempo que no comía así... Tardé unas 4 horas en poder comerme todo. Como casi no me cabe nada en el estómago, tenía que esperar para poder seguir comiendo. Me zampé en total: unos 50 grs. de cacahuetes salados; 4 croquetas de jamón; una bolsa pequeña de patatas lay's; 3 galletas con chispas de chocolate. Un horror. Comencé a las 12 y terminé a las 4 de la mañana. Sentía que me iba a reventar el estómago. Luego habré bebido como 2 litros de agua, me sentía como deshidratada. No sé qué me pasó. No me sentía mal, no estaba cabreada. No me arrepiento tampoco. Total, para una vez que me pasa, no me pienso comer la cabeza. Eso sí; creo que me he alimentado como para tres días. Y veo la comida y me entran náuseas. Veo venir varios días de ayuno. A ver si puedo evitarlo; no quiero empezar otra vez con lo mismo. Mañana voy al médico. Tengo una bolita en una teta. Estoy asustada. Ya me quitaron un cáncer en el cuello del útero y no quiero volver a pasar por lo mismo. Espero que no sea nada. Sería lo que me faltaba. Lo bueno es que mañana le quitamos la escayola al nano. ¡Está más contento mi niño chico! Al fin. Pobrecito, ha estado mirando cómo se bañan los demás mientras él no podía. Ahora que podrá, no lo podré sacar de la piscina en todo el día, seguro!



Me he quitado las extensiones anoche, con la ayuda de mi mejor amiga y unos alicates planos, litros de acetona y muuucha paciencia, jajajaja. Me siento tan libre, ¡qué alivio! Ya tenía seis meses con ellas y, pese a que me encanta el cabello muy largo, pues la verdad es que cansa tenerlas después de tanto tiempo. Así que he quedado super contenta. ¡Yupi!


De peso, me mantengo perfectamente entre los 58-59 kg; a veces (como ayer) no como nada en todo el día, porque no me dá hambre o porque me olvido, la verdad. Generalmente me sucede cuando estoy sola en casa... Y de resto, pues intento comer lo más normal posible, pero las cantidades son bastante chicas todavía porque no me entra mucho. Para que os hagáis una idea, con 10 cerezas quedo llena, jajajaja. Voy a modificar la regleta esa del peso, que aún no lo he hecho.


He renovado la ropita interior, chicas; todo me estaba enorme y ahora tengo muchos tanguitas nuevos y preciosos, y tres sujetadores de esos efecto push up y con relleno, jajajaja, al menos que no se note que ya no hay (me he quedado casi sin tetas, entre bajar tanto de peso y tanto levantar pesas) y la verdad es que sube mucho la moral verte tan mona con tus cositas nuevas. También me he comprado tres vestidos y ya he estrenado dos, uno por día, jajaja!!! Y lo que me faltan son unos vaqueros nuevos, que a ver si esta semana me voy a la caza y búsqueda de algunos que me gusten y que no me cuesten un ojo de la cara. No tengo ni idea de qué talla estoy metiendo; esto es una locura hoy en día, ya que según cada marca, pues ponen la talla que les dá la gana. Si me guío por unos vaqueros de Zara que tengo, la 38 me está grande; osea que probablemente entre en la ¿36? Ni idea, ya os contaré con detalle porque pienso irme a varias tiendas a probarme todas las tallas, a ver las diferencias entre todas, jajajaja. Vamos, poco menos que un estudio de mercado en toda regla!!!


Sigo bastante animadilla y lo que hago es no permitirme bajar la cabeza ni sentirme mal. Tengo prohibido mirarme los defectos, si no es para hacer comparaciones positivas: "antes estaba así y ahora estoy asao"; nada de "es que todavía tengo esto otro horrible por aquí", que para eso me estoy matando a hacer ejercicio y echándome trescientas cremas de todo tipo y dándome masajes, así que lo "malo" que me veo hoy (todavía veo muuuuchas cosas horribles que odio) no puede sino mejorar, pero no va a mejorar en tres días; así que me repito que hay que tener paciencia y constancia. Paciencia y constancia, y mantener la puta mente ocupada haciendo cosas, distraída y alejada del espejo que tanto daño nos hace a veces. Me digo que tengo cosas más importantes y divertidas que hacer que estarme mirando los feos cada vez que paso delante de un espejo.




El lema de esta semana es, entonces...

¡PACIENCIA Y CONSTANCIA!





Pues sí, así parece: cada día me encuentro un poco mejor, un poco más animada. Ya voy cogiendo moreno, he perdido el pánico a bajar a tomar el sol (bueeeeno, he ido ¡tres veces!, y no me muevo mucho de la toalla, jajajaja). He retomado mis pesas, será eso, que me pongo endorfínica perdía y me acelero un montón... Y la comida... la comida... pues bueno, yo qué sé; intento comer normal, pero es que eso de "normal" es algo taaan relativo. Como poca cantidad, y cuando me acuerdo o cuando me mareo, jajaja, y cosas sanitas. Luego sí he tenido algún momento tipo "la vida es bella", en los que me he tomado tan pancha un frapucchino con helado, o una cañita con sus patatitas, y cosas así. No puedo evitar al día siguiente casi no comer nada, para compensar; me sigue dando mucho pánico comer, pero bueno, supongo que se me irá pasando, sobretodo porque no he engordado ni medio gramo. Ni bajo tampoco de los 58, osea que perfecto, ¿no? Pero tampoco es que coma como para engordar... en fin.


Yo que sé, me estoy sintiendo de puta madre, la verdad. Mientras más me dicen lo flaquísima que estoy, más me gusto, jajajajaja. Es como si me encantara que me digan que estoy demasiado flaca. ¡Pues a mi me mola, no te jode! Y como lo estoy porque a mí me dá la gana, ea, toditos a tomar por culo... que, como ya sabéis, ¡¡¡es el lema de la semana!!! Jajajajaja.


Besos!!!

¡A tomar por culo!




Este fin de semana he dejado de apuntar todo lo que ingiero y bebo. Ha sido realmente difícil, puesto que estoy constantemente pensando en ello; pero creo que es posible, poco a poco, irme desligando de esa costumbre. Una cosa es ser conscientes de lo que comemos y otra controlarnos de forma obsesiva; es tan sencillo como tener en cuenta que si a mediodía nos comemos una ración de paella, pues por la noche cenamos algo ligerito como una ensalada, por ejemplo. Lo ideal es comer sano y no vivir a dieta eternamente con algunos "días de permiso". A mí me es infinitamente más fácil que para muchas de vosotras, porque soy yo quien cocina en casa y quien decide qué se come, a qué hora se come y qué cosa come cada quien, así que tengo eso a mi favor.


Me está costando comer con normalidad. Es decir, tengo por una parte que "acordarme" de comer, porque la sensación de hambre no la tengo y por la otra, tiendo a comer las minucias a las que me he acostumbrado estos meses. Lo que sí he aprendido es a "escuchar" a mi cuerpo; esto es muy, muy importante en cuanto a cambiar hábitos: con esto me refiero identificar la sensación de plenitud al comer. He aprendido a conocer esa sensación de "me siento satisfecha ahora mismo, pero si sigo comiendo, quedaré tan llena que reventaré". Es saber parar de comer en ese punto en el que ya no tienes hambre, en el que estás saciada pero no estás "llena"; es decir, podrías seguir comiendo más, pero es ahí, en ese momento, que tú eliges parar o no. Y yo elijo parar. Con esto puedes comer de todo, pero controlando las cantidades. Y con de todo no quiero decir en ningún caso comidas llenas de grasa, harinas, ni nada por el estilo. Evito comer ese tipo de cosas, tanto porque me sientan como el culo como porque me hacen daño. Si vuelvo poco a poco a comer como antes, pues volveré en no tan poco a estar como antes, y aquí lo que hay que aprender es a cambiar de hábitos.


Lo que aún no puedo quitarme es el pesarme todos los santos días. Y a veces, me peso durante el día también. Esta mañana he pensado ponerme el reto de no volver a pesarme hasta el próximo lunes, pero no sé si podré. Tengo miedo de que al no pesarme me pueda llevar un susto el lunes que viene y haber engordado... No sé, lo mismo del tirón no como nada con los nervios de engordar, así que bueno, pasito a pasito. Al menos ya no anoto todo y ya no cuento calorías; creo que ese es un paso bastante importante para mi.


Ahora mismo estoy oscilando entre 58-59 kilos. Al final, he llegado a mi meta: he visto el 58. Cada vez que la gente que me rodea me dice lo flaca que estoy, me siento en plan "siiii, ¡yupi!". Comienzo a sentirme a gusto conmigo, de a poco. Por los momentos, como no me veo a mi misma así de bien como me ven los demás, lo que hago es que me obligo a pensar que no puedo verme gorda, o no puedo estar estar gorda, mejor dicho, midiendo lo que mido y pesando lo que peso (1.72mt/59kg). Cuando me siento y me preocupo de si me estarán marcando los rollos, me obligo a pensar que es imposible que tenga rollos de grasa e intento pensar en otra cosa. Voy poco a poco, pero ahora a veces me miro y me gusto y me siento bien, aunque sólo me dure algunos segundos. ¿Ya eso es algo, no?


Con la depre que me dió, he dejado de echarme mis cremas y potingues, y también he abandonado el ejercicio; así que a partir de hoy quiero retomar esa parte porque sé que haciendo mis sesiones de fitness me voy a sentir mejor y a estar llena de energía. Luego, me bajaré a la piscina a refrescarme y a tomar el sol, mentalizándome de que bajar a la piscina comunitaria no es asistir a un desfile de moda en el que voy a ser juzgada, que me veo como me veo y habrá a quien le guste y a quien no... y a mi, ¡¡¡no me importa!!!


Mi lema de la semana es... ¡¡¡ A TOMAR POR CULO !!! Dedicado a la ansiedad, a la obsesión por la perfección y a todas aquellas personas a quienes no les guste mi cuerpo.




Me estoy rehaciendo; lentamente, dolorosamente, pero creo que lo voy a lograr una vez más. Sé que estoy ausente, porque lo estoy; pero de ninguna manera voy a abandonar este espacio, mi espacio; al menos no por ahora.


Un poco de amor propio, como reza el título de esta entrada, ha sido un intento por encontrar algún atisbo de belleza que me hiciera sentir bien, satisfecha, conforme. Y quería simplemente compartirlo, porque comienzo tímidamente a gustarme. Todavía pienso que... "ajá, que si, que no me veo mal"; (ojo a la frase: no es que me vea bien, sino que simplemente no me veo del todo mal, que no es lo mismo), "pero siento aún que aquí todavía falta, o allí todavía sobra". ¿? Pero estoy luchando por ver lo que hay, no lo que no hay; a apreciar lo que tengo, lo que he logrado y no lo que no tengo, lo que aún me falta o lo que no me gusta... Porque hay cosas que no podremos cambiar nunca, porque es nuestra escencia y tenemos que aprender a vivir con ello y aceptarnos tal cual somos. Y en esas estoy...


Peso, a día de hoy, 59 kilos y NO quiero bajar más de peso. ¿Me ha gustado ver el "5", al fin? Pues... sí, para qué negarlo. Pero gracias a que lo he visto ahora (ahora, que me doy cuenta de lo enferma que estoy), pues no ha sido lo mismo: he sentido esas cosquillas y esa euforia en plan "¡bien!", pero a la vez soy consciente de que cada vez que me tumbo a ver la tele o cuando me estiro un poco para coger algo, se me salen las costillas y eso es horrible. Así que ha sido una mezcla de estúpida felicidad enfermiza con un "oh-oh, esto tiene que parar aquí y ahora".






Y... no. NO es nada fácil parar. NO quiero de ninguna manera ser ninguna "inspiración". Sería muy perverso de mi parte, muestra de un gran cinismo y un acto de maldad pura. Ojalá os pudiérais hacer una idea de por lo que estoy pasando. Si fuese posible que viéseis lo que hay dentro de mi, sólo por un instante, NI UNA SOLA DE VOSOTRAS seguiría adelante. Pero la realidad es que no podéis verlo, y que todas tendréis que vivirlo en carne propia. Claro, sólo si decidís seguir adelante: cada quien es libre de tomar sus propias decisiones.



P.D.: Alice: La canción que ahora nos acompaña en el blog: el tema se llama "Planet Earth Forever", y es de Jo Blankenburg. ;) Anónimo... ¡No pienso abandonar el blog! :)



Sigo muy deprimida. Siento un desasosiego enorme dentro de mi, y no encuentro una razón que explique porqué estoy así, y tampoco encuentro una razón para dejar de sentirme como me siento. He querido sincerarme con mi súbdito y he hablado ayer con él. Necesitaba dejar de fingir que todo está bien, necesitaba desahogarme, necesitaba un abrazo. Necesitaba llorar en el hombro de alguien. Mi súbdito ya no es mi súbdito. De ahora en adelante es el Rey. Un Rey que no sabe cómo hacer que su Reina se sienta mejor, que se sienta feliz. No sabe si la entiende, pero la quiere ayudar. Y eso alivia un poco tanto dolor, porque el dolor cuando se lleva en soledad, duele más.


Desde ayer no he parado de hacer cosas en casa. Es tremendo como he postergado hasta las cosas más básicas; me ha sorprendido ver hasta qué punto he perdido el control. Siento un poco como si hubiese estado ciega hasta ahora y de a poco, comienzo a ver las cosas a mi alrededor... Y lo que veo es desorden, cosas acumuladas sin hacer; un caos total. No entiendo qué hacía yo todo el día, todos los días, de verdad que no lo entiendo. Es como vivir sin haber vivido, y no me había dado cuenta. Y ahora es como si pudiera ver todo otra vez, tal y como lo he dejado paralizado este tiempo, meses y meses. Así que tengo mucho, mucho trabajo por delante, pese a que desde ayer no he parado y la verdad es que ya he adelantado un montón de cosas. Es como una terapia; como estoy todo el día ocupada, no me detengo a pensar, a darle más vueltas a las cosas. Además, a mi me sucede algo muy particular; no puedo poner orden en mi cabeza si a mi alrededor todo está en desorden; siempre que quiero emprender algo nuevo, necesito desesperadamente organizar las cosas a mi alrededor. Entonces me siento capaz de sentarme a organizar mi cabeza.


Pero no me siento feliz, ni mucho menos. Tengo una soledad por dentro, como un dolor que no se vá. Me distraigo de él, pero no logro sacarlo fuera, o enterrarlo, o matarlo. Tampoco logro pisotearlo y ser, aunque sea por un ratito, feliz. O sentirme feliz, quiero decir, aunque sea por 5 minutos. Si me quedo sin hacer nada, me vienen unas ganas horribles de llorar. Ahora mismo no puedo evitar llorar. Es como cuando estás de duelo, igual. Tengo el alma en duelo.


Quiero intentar salir de esto. Si antes ya muchas veces he podido, supongo que podré nuevamente. Peso 60 kilos. He terminado con mi ayuno ayer. He decidido plantearme una ingesta diaria de 600 calorías, para empezar a acostumbrarme a comer todos los días, a la misma hora. Luego, poco a poco, ir subiendo la cantidad de calorías a 800, luego a 1000... hasta llegar a una ingesta normal, sana, adecuada. Tengo pánico de sólo pensarlo, pero ayer y hoy ha sido fácil comer. Cosas sanas, sin grasas, ligeras y fáciles de digerir, en pequeñas cantidades. Y es que la razón, esa parte de mi cerebro que aún no se ha podrido, me dice que tengo que parar. Que no siga adelante, porque es estúpido. Porque me estoy destruyendo. Porque aunque ahora, mientras escribo entre lágrimas, sienta que no me importo lo más mínimo, debo reconocer que hay muchas personas a quienes sí les importo. Luego están mis principitos, quienes dependen de mi. No puedo fallarme a mi misma, porque les estaría fallando a ellos y no se lo merecen. Yo no me merezco esto. Nadie se merece esto.


No puede tratarse de metas numéricas. Ya he alcanzado mi meta, que no puedo permitir que sea un simple número. Mi meta era perder peso, y ya he perdido 18 kilos; entonces, lo he logrado. Tengo que meterme en la cabeza que ya he logrado mi objetivo: recuperar mi peso, llevar una vida más activa haciendo deporte con regularidad, y aprender a comer de otra manera, más sana, para no volver a permitirme descuidarme como me descuidé antes, lo que me llevó a coger muchos kilos de más. ¿Qué sentido tiene todo esto, si estás gorda y te sientes frustrada y cuando bajas y estás delgada sigues sintiéndote frustrada?


Por los momentos no quiero ir a ningún psicólogo. Siento una renuencia muy grande hacia ello, no sé porqué. Confío en mi capacidad de surgir de entre mis propias cenizas. Siempre he podido, y esta vez también podré. Tengo que poder. Ya he logrado quitarme el peso que me sobraba. Ahora tengo que aprender a quererme, respetarme, valorarme. Aceptarme como soy, incluyendo aquello que no puedo cambiar de mi, por más que baje de peso y por más ejercicio que haga.


Tengo que reinventarme de nuevo.




P.D.: A TODAS MIS NIÑAS ESPECIALES... Perdonadme la ausencia, perdonadme el que no tenga ni una palabra que dejaros en vuestros blogs. Os juro por lo más sagrado que no tengo fuerzas, ni palabras, y no quiero contagiaros con mi desánimo tampoco. Muchas gracias por venir a leerme y muy especialmente a todas quienes siempre me comentáis, aunque no sepáis a veces ni qué decirme, me dejáis un poquito de alegría en cada letra que escribís y eso me reconforta. Siempre os leo, os sigo a todas, de eso no os quepa duda.

;;

Mi Proceso